Los cadáveres fueron encontrados por la propia mujer ayer por la tarde, alrededor de las 16.30, en un departamento ubicado en Carhué 2285, entre Honduras y Ecuador, en la zona oeste del Gran Buenos Aires.
Fuentes policiales y judiciales informaron que ese inmueble lo tenían vacío para alquilar y que está situado en la planta alta de la vivienda que la pareja compartía con su hijo, que tenía un retraso madurativo.
La mujer identificada como Patricia Belmonte, le relató a los investigadores que todo comenzó el jueves por la noche, cerca de las 22.30, cuando comenzó a discutir con su esposo Ramos. Ella le recriminaba que estaba cansada de sufrir violencia de género de su parte, debido que días atrás la había golpeado. Seguidamente, el hijo -padecía retraso madurativo-, se interpuso en la discusión y mantuvo un altercado con su padre en defensa de su madre, tras lo cual el hombre se retiró y se fue a dormir al departamento que tenían en alquiler.
El joven siguió a su padre mientras le recriminaba a los gritos por los maltratos hacia su madre, dijeron los voceros. En ese marco, la mujer, al no saber nada de su hijo, se dirigió ayer por la tarde a la planta alta y, al asomarse por una ventana, lo vio tirado en el piso del pasillo entre la cocina y el baño, con dos impactos de bala en la cabeza. Un poco más al fondo, estaba su pareja ahorcada en una ventana y, a su lado, había un arma de fuego calibre 9 milímetros.
Los gritos de la mujer alertaron a los vecinos que llamaron a los Bomberos Voluntarios del cuartel de Libertad, que en pocos minutos llegaron y constataron los fallecimientos de Ramos padre e hijo.
Efectivos de la comisaría 4ta de esa jurisdicción arribaron al lugar junto a peritos y una ambulancia, cuyo médico certificó ambas muertes, por lo que comenzaron las tareas bajo la supervisión del fiscal Oscar Marcos. La mujer sostuvo a los pesquisas que su pareja "era una persona muy agresiva" con ella, que estaba "cansada de sus malos tratos" y que días atrás la había golpeado, aunque no llegó a radicar la denuncia por violencia de género.
La Policía Científica encontró dos vainas servidas frente al cuerpo del joven y una tercera en una ojota. El arma de fuego utilizada para el asesinato era propiedad de Ramos y estaba debidamente registrada, por lo que no tenía impedimento para su uso, según consta en la causa.
En tanto, vecinos del barrio contaron a Télam que "la familia era muy trabajadora y no se sabía que la mujer sufría violencia de género".