No cabe dudas que las tortas fritas son una de las masas más tradicionales de Argentina. A lo largo de la historia, esta receta se fue pasando de generación en generación a pesar de que es una comida más que nada del litoral del país. Si tienen una cocción simple y no lleva muchos ingredientes, en este último tiempo se ha visto que las reversiones de estos discos crujientes funcionan muy bien, por eso te presentamos 3 nuevas e ingeniosas preparaciones.
Las tortas fritas son esa tradición cultural que surgió de la pobreza y supo ganarse su lugar a pesar de las mejoras económicas. No hay familia que no haya tenido en sus raíces esta típica comida, debido a que están hechas con ingredientes básicos e identificables con el trabajo del campo y que su origen remonta a los tiempos de colonia del Río de la Plata.
Por lo general, se relaciona este plato con el mate, la lluvia y el fin de semana. Si bien estos discos de masa son tradiciones arraigadas tanto en la Argentina como en Uruguay. Otros países de Latinoamérica también tienen sus versiones, por ejemplo Chile les dicen "Sopaipilla", pero en Perú le dicen "Cachanga".
En estos últimos años, se le quiso dar una vuelta a las tortas fritas y que dejen de ser una simple masa con sal o azúcar, por eso muchos chefs y cocineros del país hicieron reversiones de la receta. Aunque no parezca, estos simples ingredientes que conforman este alimento son muy versátiles.
Tortas Fritas Rellenas de dulce de batata y membrillo
Ingredientes:
Agua 500 c.c.
Dulce de batata 200 Gramos
Dulce de membrillo 200 Gramos
Grasas de cerdo 200 Gramos
Harina leudante 500 Gramos
Harina 000 500 Gramos
Sal 20 Gramos
Preparación paso a paso:
Hacer una salmuera con el agua y la sal.
Mezclar las harinas.
En el centro de las mismas, colocar la grasa de cerdo derretida y la salmuera.
Unir todo hasta formar una masa. Tiene que quedar lisa y sin grumos.
Hacer pequeños bollos y estirar en forma circular. Si querés hacerlo más "prolijo" podés usar cortantes, pero es mejor a ojo.
Colocar en el centro del círculo un cubo de dulce de batata o membrillo.
Tapar con otro círculo de masa y apretar los bordes (como se cierran las empanadas) para asegurar que el dulce no se escape.
Freír en aceite o grasa vacuna hasta dorar por ambos lados.
Servir y espolvorear con abundante azúcar.