La vuelta de Los Piojos, tras 15 años de ausencia, dejó sorprendentes números que marcaron un hito en el rock nacional: récord de ventas en el sistema de Ticketek (cuya página colapsó), 265 mil asistentes en los primeros cinco conciertos en el estadio Único de La Plata y el emotivo reencuentro de los músicos con su público. La saxofonista salteña Yamile Burich fue convocada para ser parte de "los caños" en la banda de El Palomar y fue ovacionada en cada uno de los shows.
Casi una semana después de toda esa locura vivida, aterrizó en Salta para pasar las fiestas con su familia y cedió parte de su acotado tiempo para contar a El Tribuno qué significa para ella ser parte de una formación que ya hizo historia.
¿Cómo vivís este presente siendo parte de los "caños" en Los Piojos?
La verdad para mí es como un sueño y estoy muy entusiasmada. La verdad que la pasé increíble tocando, el grupo, todo el equipo y la gente que trabaja es muy copada. Conmigo tienen la mejor y se vive una atmósfera de mucha ilusión y de mucha felicidad. Hay como una euforia porque están todos muy entusiasmados por este regreso, por este reencuentro con los hijos, porque también tiene que ver con eso. Con el paso de los años y con el tema de las nuevas generaciones que están tocando arriba del escenario: los hijos del Piti, la nietita de Andrés Ciro y el resto de familiares de todos los músicos.
Si bien tocaste con Abel Pintos, La Portuaria, zapaste con Charly García, ¿qué te generó estar con Los Piojos en un escenario ante tanta gente?
Fue alucinante al ver tanta gente eufórica viviendo ese momento y sus caras. Yo observaba las caras desde el escenario y la locura esa, era muy similar a la que estamos viviendo nosotros. Después de que terminan los conciertos nadie se puede dormir de tanta euforia.
Pasaron cinco de la primera serie de shows que anunciaron Los Piojos y la lista fue muy variada, ¿cómo fue el proceso previo de ensayos?
Fueron todas listas diferentes, se arrancaba con diferentes temas e incluso hubo improvisaciones. En el último show hubieron temas que estaban afuera de la lista. Yo estaba muy atenta a ver con qué salíamos y eso como que también se valora, es como una cosa como más natural que tiene que ver con la música que yo vengo haciendo, que es el jazz. Todos los shows fueron diferentes, con diferentes invitados. En el último estuvo Dalma Maradona y a mí la verdad que me conmovió un montón. Le regaló la remera del Diego a Ciro y él estaba contento. Dentro del camarín estaba con la remera y jugaba con su nieta. Yo terminé el año con una felicidad enorme, agotada pero feliz.
Antes de este reencuentro de Los Piojos habías tocado con Ciro y Los Persas, ¿cómo llegás a él y cuándo te convocan?
Yo estaba haciendo un tributo a Charlie Parker, que es mi ídolo, en un club de jazz en Palermo y él cayó con los hijos. Me acuerdo que lo hicieron entrar antes, cuando estábamos probando sonido, y yo digo: ¡wow! porque hacía unos días que él había compartido un vídeo viral de un nene que baila durante un concierto mío. La cuestión es que yo me acerqué y le dije: "Gracias por compartir el video", y me contestó que pensó que yo era extranjera. Yo hice ese show con Juan Cruz de Urquiza que fue parte de Los Piojos durante mucho tiempo y ahora también es parte de los "caños". La cuestión es que Ciro me preguntó qué iba a hacer el 8 y 9 de agosto y me invitó a sus shows del Movistar Arena con Los Persas. Para Los Piojos me llamaron cuando ya habían comenzado a ensayar y obvio les dije que sí. Es la banda de mi adolescencia y mi viaje de egresados.
Desde afuera se ve que Ciro y el resto de Los Piojos son muy generosos con sus músicos, le dan el espacio para que se luzcan, ¿qué te genera el protagonismo que te dan?
Es increíble y aparte es libre también, porque generalmente a veces a ese nivel de espectáculos no hay tanta libertad para los solistas. En este caso sentí que sí, como que había una libertad, incluso yo por momentos bajaba a tocar. En un momento me llamaron pero no me enteré. Es que yo cierro los ojos y no me entero de nada.
Debés haber ganado un montón de seguidores en las redes sociales y te habrán escrito muchas personas, ¿no?
Mucha gente te escribe, te arroba, eso también es un mimo al alma, porque más allá de que los protagonistas son Los Piojos en sí, todos los músicos son reconocidos. Nos dieron a los caños un lugar muy lindo y escuchaban re bien en el estadio, que a veces no pasa, ¿viste? También mucha gente me escribía mensajitos lindos que yo no alcanzaba a leerlos, recién terminé de leerlos en Navidad, porque tenía un montón, y a Luli (Bass) también me decía lo mismo, que claro, la respuesta de la gente fue muy amorosa. Me escribían cosas súper lindas, eso está bueno. Es una generosidad muy grande de parte de Los Piojos, de parte de Andrés Ciro y de todos los músicos que esté esa cosa de divertirse, porque la música para mí es jugar, y a veces no pasa en todos los grupos, y más en esos grupos famosos.Y si se pierde eso, se pierde la magia y sin magia no se disfruta.
Tras los cinco shows en La Plata se vienen otros dos, Cosquín Rock y Quilmes Rock, ¿qué esperás para los próximos recitales?
Yo no espero nada, nunca espero nada solo disfrutarlo. Quiero que la vida me sorprenda. Quiero tocar mejor el saxo, o sea, practicar y tocar mejor. Quiero seguir disfrutando, eso espero.
Por lo pronto, antes de irte de Salta, actuás este domingo en Café del Tiempo (Balcarce 901)...
¡Sí! Voy a tocar con muchos amigos y vamos a tocar alguna de mis canciones así que están todos invitados. El show arrancará entre las 22.30 y 23.
Fuente El Tribuno