Hace tres meses vimos a Lionel Messi levantar la Copa del Mundo por primera vez en el Mundial Qatar 2022. Con la emoción a flor de piel, el país entero celebró la máxima consagración del fútbol mundial luego de 36 años sin poder conseguirla.
El 18 de diciembre quedará tatuado en la memoria -y en muchos casos, en la piel- de los argentinos, y no es para menos. En un partido no apto para cardíacos, Argentina le ganó 4 a 2 a Francia en los penales.
Aquel día, Argentina abrió el marcador con un penal ejecutado por el capitán de la Selección a los 23 minutos del primer tiempo y luego logró acumular otro tanto 13 minutos más tarde con un gol de Ángel Di María, que inundó de lágrimas las pantallas de todos los hogares del país. El primer tiempo se cerraba con Argentina campeón.
Sin embargo, la situación cambió de forma abrupta en la segunda parte del partido cuando una falta de Nicolás Otamendi sobre Kolo Muani en el área argentina cortó el aire y el árbitro polaco Szymon Marciniak cobró penal que fue ejecutado por el capitán francés Kylian Mbappé. El último ganador tenía esperanzas de dar vuelta el partido, pero los argentinos no dejaron de cantar.
Bastó tan solo un minuto para que la selección de Francia igualara el marcador con un gol fílmico del capitán. De allí en más, la final del mundo se convirtió en una batalla por el trono llena de emoción, miedo e ilusión: dicen que la fe es lo único que se pierde.
Una vez terminado el partido con un tenso 2 a 2, el árbitro decidió agregar 15 minutos de tiempo complementario que no tuvo goles. Sin embargo, fue a los tres minutos de la segunda parte que el avispón se agitó con un golazo de Messi iluminando el camino, otra vez.
Pero la ilusión se cortó con la misma violencia que un baldazo de agua fría cuando Mbappé volvió a convertir tras un rebote de Gonzalo Montiel, quien había ingresado pocos minutos antes. El empate volvió a reinar en Lusail a los 117 minutos del partido.
Cuando todo parecía que se iba a resolver en los penales, ocurrió el milagro llamado Damian Emiliano Martínez, más conocido entre los mortales como "Dibu". El marplatense esculpió la atajada más importante del fútbol argentino en un mano a mano con Kolo Muani.
Cuando más de un argentino estaba con taquicardia luego de ver la jugada de Martínez y cuando todos pensábamos que ya no había más nada, la tensión volvió a aparecer. Mbappé volvió a tomar protagonismo escapando con la pelota hasta el área, pero apareció un milagro cordobés de nombre Dybala y todo estuvo bien.
Los penales: el último paso
Terminados los 120 minutos del partido, el árbitro decretó que era hora de los penales. Era la tercera vez en la historia de los Mundiales que ocurría esto en una final para Argentina y el fantasma de Holanda en la semifinal del Mundial Brasil 2014 se sentó a ver el partido en la tribuna.
Mbappé fue el primero en patear y, pese a que el Dibu rozó el disparo con sus guantes, no pudo contener la pelota y entró al arco. El segundo fue Messi y convirtió con la tranquilidad y la convicción que lo caracteriza.
En la segunda ronda fue el francés Kingsley Coman, quien pateó pero no pudo: Dibu atajó y le dio nuevamente una inyección de ilusión al pueblo argentino. La hinchada argentina estaba descontrolada porque nos volvíamos a ilusionar.
Por el lado argentino asistió Dybala y Paredes quienes consiguieron el gol. Al igual que Kolo Muani después. Todo quedaba en manos de Gonzalo Montiel, el pibe que pateaba penales por plata en González Catán.
Con el abrazo de todo el pueblo argentino, Montiel se acercó hasta el punto de penal y, en cuanto colocó la pelota en su lugar, más de uno dejó de respirar. El trayecto de la pelota hasta la red ocupada por el arquero francés Hugo Lloris pareció eterno, pero finalmente sucedió y Argentina rompió el hechizo: ganó su tercera copa del Mundo después de 36 años.
La Selección Argentina consagrada como campeona del mundo en el Mundial Qatar 2022 vuelve al país el próximo jueves 23 de marzo para enfrentar a Panamá en un amistoso a disputarse en el Estadio Monumental. Los 83 mil boletos para ver a la Scaloneta se agotaron rápidamente.
