MÁS DE DEPORTES



Copa Libertadores

Boca mereció, Racing aguantó y se define en el Cilindro

El Xeneize y la Academia no se sacaron ventajas en la ida de los cuartos de la Libertadores.

Boca mereció, Racing aguantó y se define en el Cilindro

Si algo le faltaba a esta serie de cuartos que parece una final era que a los dos minutos le anularan un gol a Boca por una avivada que Cavani había aprovechado para mandar a la red, que Marcos Rojo le metiera un manotazo en la cara a Maxi Romero que podría haber sido roja pero fue amarilla y que al final del primer tiempo le metieran una patada terrible a Barco para dejarlo rengueando y sacarlo de la cancha a los 2 del segundo. Claro, y que todo quede abierto para la revancha del próximo miércoles en el Cilindro, luego de este empate sin goles en la ida en la Bombonera.

Boca asumió el protagonismo, borró de la cancha a Racing y tuvo las mejores oportunidades y mereció más, pese a que en un primer momento podía parecer que Almirón estaba poniendo cinco defensores. Nada de eso. Tres centrales, Pol y Equi como doble 5, Medina y Barco soltándose para conectar líneas, Advíncula y Fabra muy lanzados al ataque, y Cavani como faro por el centro.

Por el peso de los intérpretes de un lado y del otro, el juego se inclinó por la izquierda del ataque xeneize con la sociedad Barco-Fabra, más alguna conexión con Medina. Hasta Valentini a veces se soltaba y quedaba Pol junto a Figal y Rojo para defender.

Por ese sector, Boca se cansó de llegar al fondo, desbordando a Rubio, sacando a correr a Sigali y quedando a un pase de empujarla a la red. Unas veces falló el colombiano con el último pase, otra milagrosa salvó Oroz cuando llegaba Medina para convertir y la restante Arias le sacó un cabezazo a Cavani.

Racing se encontró acorralado, superado, impreciso ante la presión, pegándole para arriba, sin poder encontrar dos o tres pases seguidos en ningún momento del primer tiempo. Vio cómo le tocaban la pelota, corría detrás y no encontraba la forma de avanzar en el campo. El tiro libre por un codazo de Rojo a Romero fue lo más cerca que estuvo el equipo de Gago del área xeneize. Totalmente desconocido.

Tampoco es que Pintita metió a todos atrás. Paró un 4-3-3 muy estático, como conos que vieron jugar al adversario con pasividad, con una pregunta clara para su DT: ¿cuál era la idea que no se vio en la cancha? Así y todo, el partido sin goles era su negocio, el de volver a Avellaneda con un empate.


¿Te gustó la noticia? Compartíla!