Fue en la última etapa del Rally Dakar esa que suele ser corta y es muy difícil que puedan cambiarse los ganadores de las clasificaciones generales. Pero fue en esa instancia que el argentino Kevin Benavides salió a “matar o morir”, como lo asegura en el video que acompaña esta nota, y se quedó con el triunfo. Fue una hazaña la del salteño que venció en una definición increíble y logró su segundo triunfo en motos, el primero con KTM. Pero ese quiebre del final tiene una historia y comenzó antes del domingo.
Kevin tuvo un buen ritmo en los primeros 12 días de carrera, pero no tuvo ese plus que mostró en el epílogo. Es que tras la cuarta etapa él le afirmó a este medio que la presente edición fue la más dura de las que se corrieron en Arabia Saudita. Jornadas de más de diez horas con tramos cronometrados de más de 400 kilómetros y recorridos extremos con piedras, se cobraron varios abandonos en la primera semana de competencia como los de otros candidatos al triunfo, el último ganador y actual campeón mundial de Rally Raid, el inglés Sam Sunderland (Gas Gas) y el estadounidense Ricky Brabec (Honda), ganador del Rally Dakar en 2020.
De a poco avanzó en el clasificador hasta quedar entre los tres primeros junto a su compañero de equipo, el australiano Toby Price (KTM), y el estadounidense Skyler Howes (Husqvarna). “Llegó el momento de acelerar todo”, confió antes de la partida de la etapa 13. Lo hizo, pero al tener que auxiliar a un compañero por una caída perdió 23m10s. La organización le devolvió ese crono, aunque el piloto de 34 años fue un hombre en llamas al punto que venció en la etapa. “Ayer con la caída de Matthias Walkner, donde estuve mucho tiempo parado, ahí hice la gran diferencia de cabeza y estar fuerte en lo mental para poder seguir y acelerar”, confesó.
Pero esta definición la comenzó a edificar el sábado luego de terminar el tramo cronometrado, el primero de los dos que ganó en esta 45° edición. Arriba de su KTM 450 comenzó a analizar las posibilidades. Cuáles eran sus mejores cartas de cara al último día. Hasta que llegó a la casa rodante que comparte con su hermano menor, Luciano (piloto oficial Husqvarna) y se conectó con su psicólogo deportivo, Gustavo Ruiz, que trabaja con el propio Luciano y Franco Colapinto, entre otras figuras. Luego Kevin vio una perspectiva diferente: olvidarse del abanico de posibilidades y eliminar la “calculadora” mental de resultados. Salir correr a fondo y hacer lo mejor le sale: correr en moto.
“Desde ayer que venía en el enlace que de largar estuve pensando mucho, en todas las posibilidades, en salir primero, segundo, tercero. Puse la mente en blanco, hablé con mi psicólogo que siempre me banca al igual que mi familia, mi novia, mis amigos y demás. Entendí que no puedo manejar al piloto de atrás o al de adelante. Salí a hacer lo que sé hacer que es manejar. Las posibilidades estaban y solo había que hacerlo”, reveló.
La lluvia otra vez apareció en el Rally Dakar y el campamento de Al-Hofuf se convirtió en un barrial. Algunos dudaron de la realización de la última etapa, pero la organización decidió seguir adelante. El clima le dio un marco de dramatismo al último día. El domingo Kevin salió a las 6.16 de la madrugada y se vio muy concentrado. Arrancó como escolta, 12 segundos detrás de Price. Hizo el tramo de enlace y largó a las 9.18 desde el penúltimo lugar, ya que en la etapa final se invirtió el orden de partida según la clasificación general. Esto les permitió a los pilotos de punta poder agarrar un recorrido con la huella hecha, aunque eso fue relativo debido a las complicaciones que hubo por el barro y en los primeros kilómetros muchos se quedaron encajados. Esta vez se revirtió el ganador en una última etapa, algo que sacando caídas o fallas mecánicas, no suele pasar en las motos en el día final.
Hubo tres puntos de control, esos por donde los pilotos deben pasar para que se les compute su tiempo. Pasaron los minutos y a las 9.35, Kevin apareció adelante en el primero. 22 minutos más tarde repitió y siguió sacándole diferencias a Price. A las 10.16 se empezó a haber movimiento en la carpa de KTM, cuyos pilotos definieron la carrera. Ahí otra vez el salteño doblegó al oceánico y el pleito estuvo liquidado. A las 10.25 llegó a la meta Luciano, pero aguardó a que arribara su hermano. Fue a las 10.33 cuando se aplicó el protocolo de recepción para el ganador y Kevin fue escoltado por Price y Howes. “¡Vamos Argentina!”, fue el grito de Benavides.
Su labor fue épica porque dio vuelta la historia en una última etapa y con un terreno complicado por el barro. No solo le recortó esos 12 segundos le llevaba Price sino que también le ganó la etapa por 55 segundos y ahí estuvieron los 43 de diferencia a su favor en la clasificación general luego de 44 horas y más de 8.000 kilómetros de competencia. “Es difícil decir que 43 segundos separan la victoria del segundo puesto. Creo que fue la carrera más peleada en la historia del Dakar. Fueron dos semanas increíbles de correr y dar el máximo. Por algo el Dakar es la carrera más dura del mundo. Soy el primer piloto en haber ganado con dos marcas diferentes y por ese desafío quise venir a KTM. Es mi primera victoria con la marca y se hizo esperar. Otra vez estoy tocando el cielo con las manos”, aseguró.
Pero para alcanzar la gloria, Kevin le reconoció a Infobae que salió a “matar o morir. Fue una carrera increíble. Fue ‘champán o suero’ (N. de la R: en la jerga es dejar todo pese para ganar o terminar en un hospital por un choque). Lo di todo. Traté de fluir y de empujar al máximo. Fue un recorrido muy difícil, muy técnico y patinaba mucho. Fue una navegación complicada. Nunca dicen que el último día es fácil y esta vez tampoco lo fue. Sabía que tenía que dar el cien por ciento y solamente salí a dar lo mejor que sé hacer, que es andar en moto”, confesó.
Este Rally Dakar también fue especial su hermano Luciano, que venció en tres etapas y terminó sexto en el global. “Estoy muy contento por mi hermano que pudo ganar tres etapas, yo dos y pude ganar el Dakar. Viene trabajando fuerte hace mucho tiempo”.
Durante toda la carrera y en cada campamento sonó desde su casa rodante el tema “Muchachos” de La Mosca, que se hizo popular durante el último Mundial Qatar 2022. Kevin aseveró que se motivó por el título conseguido hace menos de un mes por Lionel Messi y compañía. “Le quiero mandar un saludo a Leo Messi y toda la selección argentina que yo pude ganar en Arabia Saudita (risas). El triunfo de la selección tuvo mucho que ver y estaba muy motivado por lo que hicieron, por el desafío y yo siempre lucho por mi bandera, por dejarla bien en alta y lo he hecho al más alto nivel del motociclismo mundial”, subrayó.
Sobre cuál de sus dos triunfos fue más importante, explicó que “fueron dos diferentes. Aquella vez fue mi primer triunfo y fue con Honda que es una marca con la que estuve mucho tiempo. Ahora fue mi primer triunfo con KTM. Hace dos años fue el 15 de enero de 2021 y ahora el 15 de enero de 2023. Elegí creer y acá estamos”.
Kevin, luego de varios abrazos con Luciano y su papá Norberto (ex piloto de Enduro), avisó que “se viene un gran festejo en Salta”. No es para menos, logró su segunda victoria en el Rally Dakar en tres años y que tuvo un sabor especial por la épica definición. Y pese a su estrategia inicial en el final se dedicó a acelerar la moto más allá del resultado y como dijo fue “Champán o suero”. En el más alto nivel profesional apeló a la esencia del deporte para alcanzar nuevamente la gloria.