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Como llegan Boca y River para el superclásico

El Xeneize expondrá sus urgencias ante el ascendente equipo de Marcelo Gallardo, que primero tendrá que hacer una parada en Chile.

Como llegan Boca y River para el superclásico

Light, como la gaseosa. Así es el Boca de Diego Martínez en condición de visitante y la derrota 2-1 frente a Racing es solo una muestra más. Apenas un triunfo, ante Central Córdoba en Santiago del Estero, es muy poco para un club que aspira a ser campeón de la Liga y la Copa Argentina. Y lo light no tiene que ver con la moral. La carencia es de funcionamiento. De inconsistencia; de eso se trata, justo cuando se viene el Superclásico frente a River.

Milton Giménez, en pleno estado de gracia, cambia por gol todo lo que le pasa cerca. En Avellaneda hizo su octavo tanto en el campeonato, pero no alcanza ni así, ni en ventaja. Luego, un horror conceptual de Sergio Romero, que no luce en plenitud física. Y lo que cuesta tanto se desploma, como un castillo de naipes: un centro más, frontal, termina en gol, más allá de a excelencia técnica de Juan Fernando Quintero y el cabezo de Roger Martínez.

Así es este Boca, el que no pierde de local y no gana de visitante. De mandíbula frágil. Y no tiene que ver con el espíritu, porque la camiseta se transpira. Se trata del cómo: un día juega con tres en el fondo, otro con cuatro, a veces con cinco en la Bombonera para cuidar ventaja. Lo cierto es que ninguna versión se parece a la otra. Ni siquiera en el mismo partido y se nota la falencia, tanto que hasta Juan Román Riquelme hace equilibrio para no exponerla.

Diego Martínez hizo pie frente a Talleres, por Copa Argentina, después de tambalear ante Cruzeiro en Belo Horizonte, aunque el principal responsable de aquella eliminación de la Copa Sudamericana haya sido Luis Advíncula. Y el péndulo ahora viaja hacia el Superclásico, mientras el futuro del DT es una incógnita. El gran interrogante tiene que ver con la forma: la pregunta no es “A qué juega”, sino “Cómo jugará el próximo Boca”.

River llega en ascenso, pero primero debe viajar a Chile

Mientras tanto, Marcelo Gallardo se fortalece. La pretemporada exprés potenció a los suyos. Antes y después de Atlético Tucumán, el entrenador estatua había señalado al físico de los sus futbolistas como la causa que frenaba a la nave en el certamen doméstico. Ante el Decano hubo presión alta, vértigo y gol. Aún con errores, por momentos, esta vez la nave voló y así se quedó con la victoria por 4-1 en el Monumental.

Es notorio que River tiene mejor recambio que Boca (teléfono, Riquelme). Tan evidente como la calidad de los nombres que rotó Gustavo Costas en Avellaneda: Roger y Juanfer iniciaron como suplentes y juntos definieron el duelo al final.

No será un obstáculo infranqueable el viaje hasta Colo Colo antes del próximo sábado. Tienen con qué, por cantidad y jerarquía, los Millonarios.

¿Y Diego Martínez? Recuperará a Luis Advíncula, a Edinson Cavani, y deberá elegir con quiénes jugará en la mitad de la cancha. ¿El cómo? A esa respuesta está atada su suerte. Para los xeneizes, es el último bondi para pelear por el campeonato.


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