MÁS DE DEPORTES



ABUSO SEXUAL

Dani Alves, "hundido y nervioso" ve cómo su vida se desmorona en una celda de 6 metros cuadrados

El defensor brasileño, máximo ganador del títulos a nivel mundial, lleva ya dos meses en prisión acusado de abuso sexual.

Dani Alves, "hundido y nervioso" ve cómo su vida se desmorona en una celda de 6 metros cuadrados

Desde aquella primera noche en prisión en la que se fue a dormir sin probar bocado, se duchó con agua fría y no hizo la única llamada permitida "porque no recordaba ningún número" al que llamar, Daniel Alves da Silva lleva dos meses encerrado en una cárcel catalana, el moderno penal de Brians 2, a 38 kilómetros de Barcelona.


Amanece y se acuesta en una celda de seis metros cuadrados, con ducha propia, donde transcurren sus horas de prisión preventiva, que serán muchas, hasta que se celebre el juicio que aún no tiene fecha.

El jugador brasileño, de 39 años, es uno de los reclusos del módulo 13, el que agrupa a quienes cometen delitos contra la libertad sexual.

Alves está acusado de haber tenido sexo forzado y sin consentimiento con una chica de 23 años en el baño de un reservado de la disco Sutton de Barcelona, en la madrugada del 31 de diciembre del año pasado.

En Brians 2, donde no mira tele -pidió expresamente no tener televisor en su celda- y a veces se suma a los picaditos en el polideportivo del penal, Alves lleva dos meses viendo cómo su vida se desmorona: a las pocas horas de haber sido arrestado, el 20 de enero, el club en el que jugaba desde julio del año pasado, los Pumas de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), rescindió su contrato. Y ahora le estaría reclamando una indemnización de cinco millones de dólares por romper la cláusula de ética y buen comportamiento.

Alves no debe querer ni recordar que en 2012 alcanzó su cotización más alta como jugador de fútbol: 36 millones de euros.


¿Te gustó la noticia? Compartíla!