Novak Djokovic lo hizo de nuevo. El serbio, leyenda viva del tenis mundial y dominador del circuito con 36 años, se consagró campeón de las ATP Finals de Turín y se convirtió en el máximo ganador histórico del "Torneo de Maestros", al llegar a los siete títulos y romper el récord que compartía hasta este domingo con el suizo Roger Federer.
Fue con un triunfo en la final por un contundente 6-3 y 6-3 ante Jannik Sinner, uno de los grandes talentos de una Next Gen que todavía no puede con terminar de destronar a ese indomable Big 3, que sigue vivo de la mano de un Nole incansable.
Y eso que el italiano, de 22 años y de enorme temporada, le había dado a Djokovic el único golpe de la semana, cuando le ganó en un eléctrico partido a tres sets en la segunda fecha del Grupo Verde. Un golpe que había tenido en jaque la clasificación del balcánico a semis. Pero el número uno del mundo terminó avanzando y en el duelo por el título, se tomó revancha, puso las cosas otra vez en su lugar y confirmó que, si de números, estadísticas y trofeos se habla, es el mejor jugador de todos los tiempos.
"Este título es muy especial. Fue una de las mejores temporadas de mi vida, sin dudas. Y coronarla con una victoria ante el héroe local, con el tenis que jugó esta semana y todo este año, es fenomenal", reconoció el serbio minutos después de que una doble falta de Sinner le permitiera concretar un quiebre y sellar el triunfo.
Y agregó: "Estoy muy orgulloso de cómo jugué en los últimos dos partidos ante Carlos (Alcaraz) y Jannik. Son probablemente hoy los dos mejores jugadores del mundo, junto a Daniil Medvedev y a mí. Ellos dos venían muy fuertes y yo tuve que levantar el nivel, ganar los partidos y no esperar que me 'entregaran' la victoria. Y lo hice. Creo que jugué esos dos partidos tácticamente diferente a cómo había jugado en la fase de grupos. Así que en general, una semana espectacular".
Así como lo reconoció él mismo, Djokovic fue de menor a mayor en la semana. Porque tras una victoria muy trabajada ante el danés Holger Rune en el debut por 7-6 (7-4), 6-7 (1-7) y 6-3, con la que se aseguró el número 1 del mundo hasta el final de la temporada (por octava vez no consecutiva finalizará en lo más alto), sufrió ese doloroso tropezón ante Sinner.
El italiano, que cerró una gran temporada (cuatro título, entre ellos el Masters de Toronto, y llegada al top 5), lo venció por primera vez y complicó su llegada a semis. Aunque un par de días después, fue quien confirmó la clasificación de Nole, que había superado en su último duelo del round robin al polaco Hubert Hurkacz y se metió entre los cuatro mejores gracias a la victoria de Sinner ante Rune.