El PSG tropezó en el Parque de los Príncipes en el duelo de ida de los octavos de final de la Champions League: el Bayern Múnich se impuso con justicia por 1 a 0, aunque en los últimos minutos el dueño de casa hostigó a su adversario y estuvo cerca de la igualdad: primero, hubo un tanto del ingresado Kylian Mbappé que fue anulado por offside de Nuno Mendes en el desborde. Luego, Lionel Messi tuvo una chance de frente al arco, pero Benjamin Pavard la sacó cuando el destino del balón era descansar en la red.
La Pulga, de 35 años, fue de lo más claro en un conjunto parisino al que le costó muchísimo disponer del esférico, sobre todo en la primera parte, cuando los alemanes monopolizaron la posesión, haciéndole marca personal a Marco Verratti, eje de los locales. En consecuencia, el argentino buscó optimizar cada contacto con la pelota. Consiguió ganar un tiro libre en el borde del área en el epílogo de los 45 minutos iniciales como una de sus intervenciones más interesantes, pero su remate dio en la barrera.
En el complemento, con el ingreso de Mbappé, el PSG fue algo más incisivo, aunque se vio en desventaja con el cambio de frente que Kingsley Coman tomó de aire sin demasiada potencia, aunque contó con la defectuosa respuesta de Gigi Donnarumma. En el empuje del epílogo, a partir de los últimos 15 minutos, se vio lo mejor del PSG. Y, en consonancia, de Messi. Participó en el inicio del gol anulado a la Tortuga Ninja y a los 83 tuvo su chance, cuando Neymar abrió para Nuno Mendes, quien pasó entre dos marcadores, llegó hasta el fondo y lanzó el centro atrás. La Pulga, en posición inmejorable, shoteó al gol, pero Pavard consiguió rechazar con la rodilla cuando el arquero Yann Sommer aparecía fuera de combate.
Ya con el tiempo cumplido, otra vez se topó con Pavard. Y lo sufrió. El defensor salió mal desde el fondo y, tras la recuperación de la pelota, Verrati puso a correr al argentino, que llegó antes que su rival, pero el francés buscó evitar que se marchara hacia el gol y lo derribó con una barrida brutal en el borde del área. El árbitro le sacó la segunda amarilla y lo envió a las duchas. No obstante, cuando el tiro libre era apto para la zurda del campeón del mundo, la ejecución terminó en un centro infructuoso de Neymar, de pobre actuación (obstinado con la acción individual).
A pesar del notable bajón que el elenco de Christpphe Galtier padece en la temporada, los fanáticos esta vez despidieron a los futbolistas con aplausos, hecho que los protagonistas retribuyeron con aplausos hacia la tribuna. El próximo 8 de marzo, en Múnich, se disputará la revancha.