La renuncia de Fabián Doman a la presidencia de Independiente impactó y tomó por sorpresa a todo el club y al ambiente del fútbol argentino en general.
Parecía que con la realización de las elecciones en octubre del año pasado el club de Avellaneda empezaría a cambiar su clima siempre convulsionado para levantar de a poco. Sin embargo, el Rojo sigue deportiva e institucionalmente muy complicado.
En su carta pública en la que anunció su paso al costado, Doman expresó: «Es evidente que no se han encontrado las herramientas para ayudar a Independiente».
En ese comunicado, Doman enumera los aciertos de este semestre de gestión al frente del club, pero reveló que los «compromisos económicos, que hicieron posible que tuviera lugar el espacio político que sacó a Moyano, no aparecieron ni aparecen».
Y profundizó: «Como tampoco un proyecto económico-financiero acorde al club. No era mi tarea confeccionarlo ni prepararlo. En una Comisión Directiva los roles se diversifican».
Estas palabras son un claro mensaje a sus pares de CD, con quienes, según supo este diario, mantuvo una fuerte discusión el lunes. ¿Por qué? «Por un cúmulo de situaciones», deslizó una voz cercana a la mesa chica dirigencial. Las diferencias internas eran marcadas y tenían como punto de quiebre la economía.
En su renuncia, Doman contó que no apareció la inversión que se había prometido en campaña para hacerle frente a las deudas más inmediatas y, además, para rearmar el plantel de manera competitiva.