Los hinchas de Boca ya decidieron que el sábado 4 de noviembre día en el que Boca disputa la final de la Copa Libertadores contra Fluminense, Río de Janeiro en Brasil será todo azul y oro. Pese a que sólo se vendieron 20.000 entradas para los fanáticos argentinos, se estima que llegarán casi 150.000 argentinos. Los pasajes en avión están agotados, quedan muy pocos en micro y muchos ya decidieron ir haciendo a dedo.
Será la convocatoria más grande de un club extranjero en territorio brasileño. No importa que el Gobierno haya decretado Ley Seca en la zona donde se jugará el partido. A los fanáticos argentinos nada los detiene.
Las líneas aéreas pusieron 114 charters que se sumaron a sus vuelos normales y no dan abasto. Al principio había paquetes de tres noches de hotel con pasaje ida y vuelta a Río por $850.000. Los pasajes a Río se conseguían por $500.000, con el correr de los días la pasión creció y viajar a Río en avión desde Buenos Aires llegó a costar 1,3 millones de pesos.
Aerolíneas Argentinas opera 19 vuelos semanales entre Buenos Aires/Aeroparque (AEP), Ezeiza (EZE) y Río de Janeiro/Galeao (GIG) y ofrece un total de 6.984 asientos por semana. Durante el 1° de noviembre y el 7 de noviembre, se han programado 44 vuelos adicionales de ida y vuelta, añadiendo una capacidad total de 7.332 asientos, explicó Aviaciónline.
La aerolínea de bajo costo amarilla opera dos vuelos diarios a Río de Janeiro/Galeao (GIG), con una capacidad de 2.646 asientos por semana. En los últimos días se han añadido 32 vuelos adicionales de ida y vuelta, lo que suma un total de 6.048 asientos adicionales.
La otra low cost que compite en el mismo segmento opera con seis vuelos semanales entre Ezeiza y Galeao, ofreciendo una capacidad semanal de 2.232 asientos. Aviacionline confirmó que“añadió 24 vuelos adicionales en total, ofreciendo 4.482 asientos adicionales”.
La única chance es llegar en micro. Los únicos servicios directos desde Argentina hasta Río de Janeiro salen desde la terminal de Retiro en la Ciudad de Buenos Aires y desde Puerto Iguazú, en la provincia de Misiones. Desde Buenos Aires, el recorrido tarda aproximadamente 46 horas, casi dos días, mientras que desde Puerto Iguazú el trayecto dura unas 28 horas.
Muchos decidieron ir hasta la frontera y de ahí combinar, otros eligen salir desde Foz do Iguaçu y San Pablo para conseguir micros a Río.
En Argentina sólo dos empresas que salen de Retiro van directo a la ciudad del Maracaná. La terminal fue una romería de hinchas recorriendo ventanillas para ver qué clase de combinaciones se podían hacer para poder llegar.
Una de las empresas empezó vendiendo los pasajes de ida a $75.000 y terminó vendiéndolos a $150.000. Puso seis charters y en un recorrido por la terminal, el domingo a la noche sólo le quedaba un pasaje para salir el 1° de noviembre. Su competidora internacional sólo muestra en la web pasajes para el 1° de noviembre a las 12:30 con llegada 8:20 del viernes 3. A valores que van de $80.000 a $100.000. Los boletos de vuelta de Río a Buenos Aires no se consiguen hasta el día 6 y tampoco quedan muchos.
En las boleterías coinciden en que cada vez que ponían un charters los pasajes se agotaban en 15 minutos. Los fanáticos hacen las combinaciones más curiosas. Algunos van a Puerto Alegre por $58.800, hay pasajes para martes, miércoles y jueves. Los mismos pasajes arrancaron vendiéndose a 45.750 y fueron subiendo.
Otra alternativa es ir a Paso de los Libres, los pasajes cuestan desde $17.530 a $22.550. De ahí verán que combinación pueden hacer para estar el sábado en Río.
Nadie se quiere perder los festejos, por si Boca sale campeón. Mauricio Tul está en Retiro, viene de un lugar que se llama Ale, cerca de Junín, provincia de Buenos Aires. Cuenta que se fue a dedo a ver el Mundial a Río de Janeiro y ahora vuelve a ver a Boca. “Tengo la entrada, la pagué $40.000. El miércoles salgo con un amigo y nos vamos a dedo. La otra vez tardamos cuatro días y esta vez esperemos que sea más rápido. Salimos el martes y llegamos perfecto. Todos van para allá, alguno nos va a llevar”, señaló vestido con remera, gorro y bandera de Boca en mano.
Recomendaciones para los que van a ver la Final de Boca
EL Club de Boca Juniors está muy preocupado por sus hinchas. Lanzó una serie de recomendaciones. El gobierno del presidente Lula Da Silva sancionó en enero una ley que juzga como un crimen la injuria racial. Lo que significa que cualquier gesto xenófobo o racista conllevaría una pena de dos a cinco años de prisión efectiva, lo que significa que no es excarcelable. El Club pidió encarecidamente evitar a toda costa expresiones de este tipo y provocaciones contra el pueblo brasilero y los hinchas de Fluminense.
En Brasil están prohibidos los estupefacientes y tienen penas graves. Incluye las drogas y al alcohol, ya que el estado de Río de Janeiro implementará la conocida Ley Seca durante el 4 de noviembre en algunas calles adyacentes al estadio Maracaná.