En un partidazo de ida y vuelta, Francia venció 2-1 a Inglaterra en el Estadio Al Thumama y es el último clasificado a la semifinal del Mundial Qatar 2022, donde lo espera la gran sorpresa Marruecos.
Partidazo. Por donde se lo mire, por donde se lo quiera analizar. Francia le ganó 2-1 a Inglaterra y pasó a semifinales pero el resultado sólo cuenta una parte de un duelo que tuvo absolutamente de todo: definiciones de nivel, tensión, penales y salvadas milagrosas.
Resumir el partido en un duelo entre jerarquía individual vs jerarquía colectiva sería un poco injusto para cualquiera de los dos. Pero es cierto que Francia, el último campeón del mundo, parece dormido y de repente se despierta por el nivel de sus individualiades. Y por el otro, al juego de Inglaterra le faltó nada menos que el gol, como si fuera un detalle menor.
Francia no tiene complejos. Hace lo que puede hacer cuando puede hacerlo. Parece un juego de palabras pero los franceses tratan de asociarse con un Griezmann que en modo selección parece más inteligente aún de lo que es, con el pie fino de Rabiot y la solidez de Tchouameni y a esperar la velocidad de Mbappé. Tiene claro que debe aprovechar el momento del partido que la moneda cae de su lado. Y entonces, de la nada, te arma un golazo. Pero un golazo desde su área. Con un corte soberbio de Upamecano, el toque con el 10, circulación de un lado a otro, el cerebro de Griezmann y tiro divino de Thouameni.
Inglaterra no cambió ni una línea lo que juega. Bellingham y Henderson van y vienen siempre, se cruzan, abren, cierra mientras Foden se conecta y deparrama jugadores. Y claro, Kane, que en esta versión más pensante que goleadora le daba mil variantes. Y ahí empezó el show de Lloris tapando acá y allá. No pudo con un penal y entonces la historia volvía a empezar.