En el mundo del fútbol, las negociaciones entre clubes pueden ser tan intensas y estratégicas como el juego en sí. Un claro ejemplo de esto es la situación actual entre Boca Juniors y el FC Porto, con el mediocampista Ezequiel ‘Equi’ Fernández en el centro de la escena. Boca ha tomado una postura firme frente al interés del club portugués por el jugador, marcando un precedente en cómo manejar las transferencias internacionales.
El FC Porto ha mostrado un fuerte interés en sumar a Equi Fernández a su plantel. Sin embargo, Boca Juniors no está dispuesto a entrar en negociaciones hasta que el club europeo salde una deuda pendiente. Esta deuda de 6 millones de dólares corresponde a una cuota impaga del traspaso de otro jugador, Alan Varela, que fue vendido al Porto en agosto de 2023.
La decisión de Boca es clara: no habrá conversaciones sobre la posible transferencia de Fernández hasta que el Porto cumpla con sus compromisos financieros previos. Esta postura no solo refleja la firmeza de Boca en sus tratos comerciales, sino que también muestra el valor que le asignan a sus jugadores.
Equi Fernández, con un contrato vigente hasta diciembre de 2028 y una cláusula de rescisión de 20 millones de euros, es considerado un pilar fundamental en el equipo.
La situación se complica aún más con el cambio de dirigencia en el Porto, donde el extécnico André Villas-Boas fue elegido presidente, terminando con el mandato de 42 años de Jorge Pinto da Costa. A pesar de este cambio, Boca afirma que no han recibido respuesta a los correos enviados, lo que agrega tensión a la relación entre ambos clubes.
Mientras tanto, el talento y el futuro de Equi Fernández siguen siendo objeto de especulación y deseo por parte de varios clubes europeos. Su habilidad en el campo y su potencial para crecer en el fútbol internacional lo convierten en una figura atractiva en el mercado de pases. No obstante, Boca se mantiene firme en su posición, protegiendo sus intereses y los de sus jugadores.