El escándalo mediático que involucra a Mauro Icardi, Wanda Nara, la China Suárez y L-Gante traspasó las fronteras y llegó a Turquía, generando malestar en el Galatasaray. Según lo informado en LAM (América), el club turco habría intimado al delantero a cumplir con los informes de su recuperación tras la rotura de ligamentos que sufrió en noviembre.
El futbolista, que viajó a la Argentina hace varias semanas para realizar su rehabilitación, no habría comenzado el proceso según lo estipulado, algo que despertó preocupación en la institución turca. El panelista Pepe Ochoa señaló que Icardi se comunicó con el departamento médico del club para explicar los motivos de la demora, pero su argumento fue rechazado de inmediato.
Advertencias del club: multas y auditorías
De acuerdo con Ochoa, los dirigentes del Galatasaray le advirtieron al jugador que debe iniciar su recuperación de manera inmediata. "Lo intimaron para que empiece su rehabilitación ya bajo apercibimiento. Si no lo hace, no solo va a tener que pagarle una multa al club, sino que también se va a tener que retirar antes del país", comentó el productor del programa de Ángel de Brito.
Además, la institución le solicitó al delantero una resonancia actualizada de su rodilla y anunció que enviará a un profesional para auditar el proceso de recuperación tres veces por semana.
El conflicto se profundizó cuando el club turco, que le cubre los gastos de su residencia en Turquía a cambio de que realice la rehabilitación en Argentina, detectó que Icardi no envió los documentos que reflejen el avance de su recuperación. Según lo expuesto en el programa, el futbolista debería estar haciendo fisioterapia y entrenamientos específicos, algo que aparentemente no estaría cumpliendo.
La situación genera cada vez más tensión entre Icardi y el Galatasaray, especialmente en un momento en el que su nombre no solo está en los titulares por cuestiones deportivas, sino también por el escándalo mediático que lo rodea.
El delantero deberá retornar a Turquía a más tardar el 14 de marzo y presentar avances concretos de su recuperación. La exigencia de los dirigentes es clara: necesitan garantías de que el jugador cumplirá con los compromisos contractuales para poder reincorporarse al equipo de manera adecuada.
Mientras tanto, el Galatasaray evalúa cómo proceder si el futbolista no responde a las demandas, en un contexto donde la paciencia parece agotarse.
