La nueva revolución del fútbol en Estados Unidos ya está en marcha. La primera fue aquella de Pelé, entre 1975 y 1978, cuando O Rei decidió dejar el Santos tras 18 años y jugó sus casi últimos tres años en la liga estadounidense, en aquel momento la NASL, logrando que el fútbol dejara de ser un deporte marginal, empezara a tener otro lugar en los medios nacional y lograra seducir a otras estrellas de nivel mundial.
Y la segunda tuvo a David Beckham como líder, desde 2007, cuando abrió una nueva oleada de figuras de élite y potenció al deporte hasta el punto de abrir la puerta de, para muchos, el mejor futbolista de la historia. Ahora le toca a Leo y la Messimanía ya se apoderó de todos en Estados Unidos, con las principales figuras del deporte y del ambiente artístico dándole la bienvenida en un video que el Inter de Miami publicó en sus redes sociales y mostró en pantalla gigante el día de su presentación.
Por lo pronto, en Miami se repite la historia de Beckham, cuando llegó hace 16 años y sorprendió al mundo aceptando la propuesta de la MLS, puntualmente al Galaxy de Los Ángeles, cuando tenía apenas 31 años y todavía le quedaba nivel para seguir compitiendo en Europa. En aquel momento, todos se quedaron con que Beckham se iba de la élite del fútbol y con un contrato peor al del Real. Los 6.5 millones anuales que le pagaron significó un recorte del 70% de su salario. Pero, claro, pocos se detuvieron a pensar a que era todo lo contrario.
David arregló un porcentaje de los ingresos del equipo, incluidos productos, patrocinios y entradas, como ahora pasa con Messi. Con su presencia, todo creció y, en total, Beckham ganó más de 250 millones durante su contrato de cinco años con LA Galaxy. Con más de 50 millones de dólares anuales, fue el jugador mejor pagado del mundo. Estando en la MLS…
Otro de los grandes beneficios que recogió fue poner una cláusula de su contrato original que le daba el derecho de comprar un equipo de expansión a un precio muy reducido, una cláusula que ejerció en 2018 cuando la MLS le otorgó una franquicia en Miami, junto a un grupo inversor que incluye al magnate boliviano Marcelo Claure, dueño del Bolívar de La Paz.
Otro de los grandes beneficios que recogió fue poner una cláusula de su contrato original que le daba el derecho de comprar un equipo de expansión a un precio muy reducido, una cláusula que ejerció en 2018 cuando la MLS le otorgó una franquicia en Miami, junto a un grupo inversor que incluye al magnate boliviano Marcelo Claure, dueño del Bolívar de La Paz.
Beckham pagó 25 millones cuando la tarifa, en ese momento, era de 150. En cinco años ese valor se quintuplicó, al menos, siendo uno de los mayores negocios de la historia del deporte, con más de 700 millones de ganancia. Hasta la decisión de Messi valía al menos 450 millones, aunque ahora es difícil determinar el valor, aunque los especialistas creen que ya trepado al doble, rondando los 900, un precio que hoy tienen varias franquicias de la NHL, el torneo histórico de hockey sobre hielo que le lleva 100 años de ventaja a la MLS.
