El Trabzonspor se ha proclamado campeón de la Superliga turca al empatar en su casa por 2-2 ante el Antalya y sumar un punto que hace matemáticamente imposible que el Fenerbahce, su rival más cercano, le supere en las tres jornadas que restan por jugarse.
El título liguero logrado este sábado es el primero del club de Trabzon (una ciudad turca costera en el Mar Negro) desde la temporada 1983-84. Con éste sumó el séptimo en su historia y se colocó como el cuarto más ganador del campeonato por detrás del Galatasaray (22), el Fenerbahce (19) y el Besiktas (16 y último campeón).
El equipo local tuvo que sufrir para llevarse el título, en un tenso encuentro en el que los jugadores llegaron a las manos en alguna ocasión y el público invadió el terreno antes incluso del pitido final, pensando erróneamente que el encuentro ya había acabado.
En las imágenes se pudo ver la emoción de los fanáticos turcos que, con lágrimas en el rostro, invadieron el campo para celebrar junto al plantel. En cuestión de segundos las gradas quedaron vacías y el césped se llenó de aficionados que corrieron rápidamente hacia los protagonistas de la gran gesta.
El partido en cuestión fue una montaña rusa, en la que el Trabzonspor terminó la primera parte ganando por uno a cero, una ventaja que se transformó en empate nada más comenzar la segunda mitad.
Sin embargo, a los 62 minutos llegó una nueva alegría los locales. Las tribunas del Medical Park Stadyumu estallaron cuando el mediocampista Dorukhan Toköz puso el 2-1 a favor. Finalmente, el delantero estadounidense Haji Wright marcó el 2-2 a los 80, alargando la agonía del finalmente campeón ligero.
A la par de lo que sucedía dentro del estadio, la proclamación del campeón fue recibida con entusiasmo por las decenas de miles de personas que se congregaron para seguir el partido a través de pantallas gigantes colocadas en plazas de toda la ciudad, desde donde se lanzaron fuegos artificiales.
Desde hace días la ciudad estaba decorada con los colores azulgrana del equipo y preparada para una gran fiesta que también puso en alerta a las autoridades por el amor a las armas de la gente de Trabzon y su costumbre de celebrar con disparos al aire.
Ante este temor, el Gobierno turco y el club iniciaron hace una semana la campaña “No disparen a la alegría” para evitar los disparos durante los festejos.