The Best. La traducción del inglés es “el mejor”, pero la mejor lectura sería la de alguien que no sabe ni una gota de inglés: “la bestia”.
Ahora bien, ¿quién es The Best, el mejor o la bestia? ¿Lionel Messi, que metió un gol y dos asistencias en el 3-0 de Paris Saint Germain sobre Olympique de Marsella, en el Velodrome? ¿O Kylian Mbappé, que convirtió dos tantos y acertó un pase gol en el mismo partido que enfrentó al líder y al escolta de la Ligue 1? “Los dos a la final”, diría alguien con espíritu salomónico y con muchas horas viendo el extinto Feliz Domingo, el programa estudiantil que conducía Silvio Soldán.
Aunque no quedan dudas de que el premio que entregará la FIFA este lunes, desde las 17, en la Salle Pleyel de París, debe ir sí o sí a parar a las manos del capitán de la Selección Argentina que conquistó el mundo en Qatar 2022. Ni Mbappé ni Karim Benzema, que es el tercero en discordia. El mejor sigue siendo Leo Messi.
Más allá de la contienda de mañana, las dos megaestrellas del equipo francés mostraron que cuando se conectan, algo que sucede mucho menos de lo esperado desde que comparten once, son realmente incontenibles.
Juntos, y sin el lesionado Neymar, le dieron un poco de tranquilidad a Christophe Galtier, el DT que camina en la cornisa del desempleo a partir de la derrota contra Bayern Munich en la ida de los octavos de final de la Champions League. Es que PSG le sacó ocho puntos de diferencia al Marsella, que tuvo entre sus titulares a un correcto Leonardo Balerdi.
Cuatro minutos de inspiración bastaron para torcer la balanza en el Velodrome, el recordado escenario de la eliminación de la Selección Argentina en el Mundial de Francia 98 ante Países Bajos. Hasta entonces todo había sido confuso para PSG, que en ese interín no hacía dos pases seguido y había perdido por lesión al central Presnel Kimpembe, que se fue en camilla y le dejó su lugar al portugués Danilo. Se trató de un golpe inesperado para el equipo de la capital francesa que empezó a probar con una línea de tres en el fondo y dos laterales (Mukiele y Nuno Mendes) que poblaron los flancos de un mediocampo que tuvo a Verratti de pivote y Fabián Ruiz y Vitinha, de gran noche, como nexo de Messi y Mbappé.
Sin embargo, los dos delanteros se las ingeniaron para autogestionarse y entre el minuto 25 y el 29 para encauzar la victoria. El primer gol fue de Mbappé, que trazó una diagonal a pura velocidad para encontrar un pase preciso de Messi en un contragolpe para definir cruzado y dejar sin chances a Pau López, el arquero español del equipo de Igor Tudor.
Cuatro minutos más tarde, el timón lo tomó el francés, que armó una muy buena jugada con Nuno Mendes por izquierda, desbordó y metió una daga al borde del área chica para que Messi definiera sin oposición para el 2-0. Fue el gol 700 para la Pulga en clubes -sumando los de Barcelona y PSG- y el 798 de su carrera profesional -sí, esta a dos de los 800-. Quedaban 60 minutos por delante. Pero el partido lucía terminado.
Y fue así nomás. Porque a partir de entonces el PSG se decidió a esperar que pasara el tiempo y Marsella, por su parte, chocó con la seguridad de Gianluigi Donnarumma las veces que no chocó con sus propias limitaciones.
Sí, el segundo tiempo estuvo de más. Lo único atractivo sucedía cuando Messi y Mbappé se combinaban. Y eso sucedió una pocas veces más. En una de esas conexiones. El francés esperó al argentino y el campeón del mundo le dio una exquisita asistencia al subcampeón del mundo, que definió de aire, otra vez cruzado, para determinar el 3-0 final. De este modo, Mbappé llegó a los 200 goles con la camiseta de PSG e igualó un registro del uruguayo Edinson Cavani en el club parisino
Sí. fue show de Messi y Mbappé, que la seguirán este lunes en la Salle Pleyel de París, cuando se entreguen los premios The Best de la FIFA. Allí se definirá quién es el mejor de 2022. O, en realidad, la mejor "bestia" del momento.