Este martes murió Settimio Aloisio, uno de los representantes de fútbol más reconocidos de la década de 1990 y que trabajó a la par de grandes jugadores argentinos que por entonces brillaban en la liga local.
El italiano de 89 años que vivió gran parte de su vida en Buenos Aires también había sido clave en un frustrado traspaso de Diego Maradona a Napoli en 1979.
Aloisio, quien en abril iba a cumplir 90 años, llegó a la Argentina de niño cuando su familia escapaba de la hambruna de Italia. Aquí se desarrolló como dirigente durante un tiempo en Argentinos Juniors en donde fue deslumbrado por el fútbol de Maradona. Durante el Mundial celebrado en 1978, fue contactado por Giovanni Di Marzio, entrenador del Napoli por aquel entonces, y juntos buscaron la manera de traspasarlo a la Serie A al año siguiente. Finalmente, aquella transferencia nunca se cerró pero el destino de Pelusa y del cuadro del sur de Italia se ligaron en 1984.
El italiano comenzó así una carrera como agente de jugadores argentinos y su nexo con Italia fue clave para seducir a jóvenes talentos de llevarlos a Europa. Así trabajo juntó a Gabriel Omar Batistuta y Claudio Paul Caniggia, dos de sus clientes más recordados, pero también tuvo a Diego Latorre, Diego Cagna, Pedro Troglio y Oscar Ruggeri, entre otros.
Quienes tuvieron la oportunidad de trabajar junto a él destacan su carisma, oculto detrás de su bigote y su pelo canoso, además de su habilidad para cerrar buenos negocios que incluso lo llevaron a tener roces con la ley argentina e italiana por evasión de impuestos.