Novak Djokovic siempre está. Por más que en las últimas semanas haya sido noticia por su entrada al quirófano, o por la protección que usó luego de su operación de rodilla, el serbio se instaló en la final de Wimbledon tras vencer en sets corridos al italiano Lorenzo Musetti.
En su semifinal número 13 en el Grand Slam sobre césped, el número dos del ranking mundial ganó por 6-4, 7-6 (2) y 6-4, para instalarse en la final del torneo, donde se medirá por segundo año consecutivo con el español Carlos Alcaraz, verdugo a primera hora del ruso Daniil Medvedev.
Djokovic buscará entonces su título número ¡25! en un torneo de Grand Slam, y su octavo trofeo en el césped del All England, justo la cantidad que tiene Roger Federer. O sea, un triunfo frente a Alcaraz lo colocaría en el mismo sitial del suizo en Wimbledon.
Pese a algunos titubeos en el segundo set, el serbio no le dio chances al italiano, quien en su camino a la semifinal había eliminado al argentino Francisco Comesaña (en cuatro sets, por la tercera ronda). Nole volvió a demostrar que sigue vigente y que no está dispuesto a que una operación -por más complicada que sea- lo retire del circuito.
El serbio, como el español, tuvo un juego directo, de subir mucho a la red y no dar pie a su rival para imponer una variante. El italiano no tuvo intercambios con los que sorprender a un Nole que venía avisado ante un oponente incómodo y que ya le ganó el año pasado en Montecarlo.
Djokovic dominó el encuentro desde la seguridad de quedarse con el primer set a un gran nivel. Sin embargo, Musetti asomó la cabeza en el segundo parcial, quebrando en el primer juego, pero el jugador nacido en Belgrado recuperó el break y, después de no aprovechar una pelota para quedarse con set, dominó en el tie break.
Para el tercero, la resistencia del italiano estaba baja y empezó perdiendo su saque. Mucha ventaja para un Nole decidido con sellar la vía más rápida a una final que sin duda le exigirá más. Al final, y tras dejar escapar tres opciones, los aficionados, que querían que el partido se extendiera, comenzaron a alentar a su rival gritando “¡¡¡Lo-ren-zo!!!”. Uno gritó durante un punto y molestó a Nole, quien se burló limpiándose las lágrimas falsas después de que Musetti no logró convertir una oportunidad de quiebre en el último game.
Djokovic, de 37 años, y Alcaraz, de 21, repetirán la final de Wimbledon del año pasado, en la que se impuso el español en cinco sets, aunque el serbio ganó tres de los cinco enfrentamientos entre ambos tenistas.
“Espero que sea esta vez para mí. Carlos es un gran ejemplo de jugador joven con grandes valores y equipo, con carisma. Es de los mejores 20 que vi en este deporte. El año pasado fue emocionante y esta vez no espero menos. Pondré todas mis habilidades el domingo en la cancha”, señaló apenas concretada la victoria el número 2 del mundo. Y cerró con un pronóstico entre risas: “Alcaraz ganará muchos más Grand Slams, pero espero que no sea el domingo. Lo hará cuando me retire dentro de 15 años”.
