El conflicto que se generó entre las selecciones de Argentina y Países Bajos antes, durante y después del partido por los cuartos de final del Mundial de Qatar 2022 recorrió el mundo y dio de qué hablar en todos los sitios deportivos del planeta.
Las cuestiones morales entraron en juego, así como también una especie de “grieta” entre europeos y sudamericanos. Sin embargo, pocos se detuvieron a pensar que el fútbol, como cualquier deporte, es un espectáculo competitivo en donde algunos ganan y otros pierden.
En su columna publicada en The Athletic, el periodista Sam Lee, intentó plasmar esta idea al asegurar que lo que sucedió en uno de los duelos más tensos de esta cita mundialista fue “parte de la diversión” y que sin ella todo sería muy aburrido.
“¿Cuál sería la alternativa? ¿Sin chicos malos? ¿Sin ningún problema? ¿Qué tan aburrido hubiera sido eso? De hecho, necesitas chicos malos”, afirmó Lee al referirse a los festejos que protagonizaron los futbolistas argentinos, con Nicolás Otamendi a la cabeza, tras clasificar a semifinales por la vía de los penales.
Pero esa efusiva celebración conllevaba toda una historia detrás que en la foto no se pudo plasmar. Una historia que se inició durante la previa con declaraciones del técnico neerlandés Louis van Gaal en las que dio su opinión sobre el prácticamente nulo aporte de Messi en defensa y la superioridad que sentían a la hora de encarar unos hipotéticos penales tras una paridad en el marcador.
Si bien para algunos pueden pasar por alto esas palabras, en una instancia decisiva dentro de una cita mundialista, sirvieron como la chispa que encendió la mecha. Ambas selecciones entraron al campo con un plus extra. Sí, los neerlandeses también, porque en su mente todavía estaba latente el duelo de semifinales del Mundial de Brasil 2014 en el que los Albicelestes se impusieron por penales.
“¿Leandro Paredes estuvo fuera de lugar para clavar una falta a Nathan Ake y luego patear el balón en el banquillo holandés? Sí, absolutamente, pero fue muy divertido”, reconoció el periodista norteamericano en su columna de opinión, pero la posterior reacción de los neerlandeses también lo fue: “Obtuvo su merecido cuando Virgil van Dijk lo tiró al suelo. Nadie resultó herido, tarjetas amarillas por todas partes y seguimos”.
“Este tipo de cosas son parte del juego y, más que eso, es parte de lo que hace que la Copa del Mundo sea especial”, admitió Lee y agregó: “Realmente a todos nos encantaría que las Copas del Mundo, las Champions League y todo lo demás estuviera lleno de juegos emocionantes de extremo a extremo”.
Las reacciones de Messi, tanto con Van Gaal, como con el “19 de Holanda”, como llamó a Wout Weghorst, también tuvieron todo un contexto que el reportero analizó: “¿Cuándo has visto a Messi decir algo controvertido después de un partido, incluso taparse los oídos frente a un técnico rival? no sucede. Entonces, ¿por qué sucedió el sábado? Presión”.
El periodista tiene claro que la presión es un factor que afecta de igual manera que la tensión a un futbolista profesional, “y la presión le hace cosas raras a la gente. su última Copa del Mundo y la presión sobre sus hombros es increíble”, consideró sobre el capitán de la selección argentina, que en ningún momento participó, por ejemplo, de esa efusiva celebración contra los rivales, ya que su principal objetivo fue correr a abrazar al arquero que había contenido los dos penales ante el aliento de los más de 40.000 hinchas argentinos que se robaron el espectáculo fuera de la cancha en Qatar.
“Tal vez Argentina no hizo bien en llevar esos sentimientos al juego. Tal vez los jugadores neerlandeses no hicieron bien en provocar a los argentinos (...) Tal vez lo contrario sea cierto en todos los casos... pero ese no es realmente el punto. Es parte del juego, es parte de la diversión. Disfrútala”, concluyó en su artículo.