Nicolás Valentini, la promesa del fútbol argentino y defensor de Boca Juniors, se enfrenta a una situación que lo margina de un evento crucial en su carrera: los Juegos Olímpicos de París 2024. La razón detrás de esta ausencia no es una lesión ni una decisión técnica, sino un conflicto contractual con su club que ha resonado hasta las puertas de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
Valentini, cuyo talento en la defensa lo ha posicionado como uno de los jóvenes más prometedores del país, ve ahora cómo su futuro se ve empañado por desacuerdos financieros y administrativos. El corazón del problema radica en la renovación de su contrato con Boca Juniors, que está estancada debido a diferencias en las condiciones económicas y en la cláusula de rescisión.
El defensor busca un aumento retroactivo desde enero de 2023, mientras que Boca propone que este incremento sea efectivo a partir de enero de 2024.
Además, Valentini desea mantener su cláusula de rescisión en 10 millones de dólares, en contraposición a la intención del club de aumentarla. Estas discrepancias han llevado a que el jugador sea apartado del equipo, sin jugar desde el partido contra Sportivo Trinidense el 9 de abril.
La AFA, en un acuerdo no oficial con los clubes, ha decidido no convocar a jugadores con problemas contractuales para competiciones internacionales. Esta medida, aunque no está formalizada en una reglamentación, afecta directamente a Valentini, quien fue una pieza clave en la clasificación a los Juegos Olímpicos y cuya ausencia podría ser un golpe duro para el equipo nacional.
