Bernd Mayländer es alemán, tiene 53 años y un pasado profesional que le permite moverse en los circuitos del mundo con una facilidad asombrosa. Su capacidad le abrió las puertas para un trabajo que repite desde el 2000, casi sin interrupciones, y que le permitió ganarse el respeto del automovilismo mundial: es el piloto oficial del Safety Car de la F1.
Cuando ocurre un accidente o una situación peligrosa, ingresa a pista un Aston Martin color verde musgo como auto de seguridad que se pone por delante de las máquinas de la Fórmula 1. Ahí dentro va Mayländer, dueño de una concentración rigurosa y nervios de acero que controla como solo pueden hacerlo los de su estirpe.
“Básicamente, el Safety Car reduce el riesgo de que los pilotos provoquen una situación peligrosa. Los momentos típicos incluyen un accidente o cuando un coche se para por un defecto técnico, que puede ser peligroso recuperar en circuitos estrechos como Mónaco, Bakú o Singapur. La lluvia intensa es otro escenario”, reconoce.
El trabajo de Bernd Mayländer es el sueño de millones
El alemán de 53 años tiene un trabajo soñado por millones de fanáticos del automovilismo. Viaja por el mundo, comparte pista con los mejores pilotos del planeta y disfruta de los beneficios que solo la F1 puede facilitar. Y así quiere seguir por mucho tiempo más: sabe que tiene una vida privilegiada.
“Nunca esperé en llegar a mi temporada 25 en el Safety Car, pero tampoco estoy pensando en dejarlo”. En una extensa entrevista con el sitio de Dekra, una organización enfocada en inspección técnica de vehículos, Mayländer reconoce que en su cabeza no está el retiro. No quiere dejar de hacer lo que lo apasiona.
El día que le ofrecieron subirse al Safety Car
Su llegada al Safety Car se dio de manera fortuita. Una serie de eventos oportunos le abrieronn la puerta para ocupar un cargo en el que es tratado como una verdadera estrella. Todo se dio mientras se desarrollaba como piloto de competición, donde llegó a correr en la Fórmula Ford, la Copa Porsche y el DTM.
Justo antes de pasar a ser piloto del auto de seguridad fue protagonista en dos carreras icónicas: en las 24 Horas de Le Mans de 1999 terminó 19º y segundo en la categoría GT en un Porsche 911 GT3. Un año después, mientras comenzaba la transición al Safety, ganó las 24 Horas de Nürburgring.
“Cuando corría en la Porsche Supercup, en 1999, me preguntaron si quería conducir el Safety Car en la Fórmula 3000. Un año después me pidieron que hiciera lo mismo en la Fórmula 1″, detalla sobre su desembarco a la meca del automovilismo. Su primera carrera fue en el Gran Premio de Australia, en el 2000. Desde ese momento no paró, salvo por el GP de Canadá de 2001 donde fue reemplazado debido a un accidente.
Desde la llegada de Franco Colapinto a la Fórmula 1, el público que sigue las transmisiones creció un 62 por ciento en la Argentina. Muchos comenzaron a ver automovilismo ahora, entusiasmados por el impacto que provoca el joven piloto de 21 años en cada Gran Premio.
Varios de los nuevos televidentes quedaron sorprendidos al ver la velocidad y la pericia de Mayländer para mantener controlados a los pilotos en momentos de accidentes. Ocurre que el Safety Car tiene que mantener un ritmo intenso ya que no puede permitir que se enfríen los monoplazas.
“La velocidad máxima que alcancé fue de 306 kilómetros en el Gran Premio de Las Vegas”
Un coche de F1 puede llegar a una velocidad aproximada de 350 kilómetros por hora. Demencial. El auto de seguridad no se queda atrás, incluso a pesar de las enormes diferencias de motor. “La velocidad máxima que alcancé fue de 306 kilómetros en el Gran Premio de Las Vegas, pero eso fue una excepción”, revela, y agrega: “Se trata de encontrar la velocidad ideal que permita a los pilotos mantener la energía en los neumáticos y los frenos, es decir, unos 240 km/h en las rectas”.
Su nombre es conocido por todos los pilotos, no solo los de Fórmula 1. El alemán también está a cargo del Safety Car de la Fórmula 2, la Fórmula 3, la Porsche Supercup y la F1 Academy. Cada fin de semana tiene trabajo por hacer. Y cuando no hay carreras, da charlas y participa en reuniones entre los corredores y la FIA.
Mayländer tuvo y tiene la fortuna de ver la evolución de los mejores pilotos de la historia. “He podido formar parte de esto durante mucho tiempo, desde Mika Häkkinen pasando por Michael Schumacher hasta hoy. Es una fascinación que ha crecido aún más con los años”, responde ante la pregunta sobre cómo mantiene la pasión después de tanto tiempo encargado de la seguridad.
Dueño de su propia marca de vinos, Mayländer disfruta de la vida en familia
En su vida fuera de las pistas, el piloto del Safety Car se muestra como alguien muy conectado con su familia y un padre orgulloso de sus hijos. Fanático del buen vino, tiene su propia marca que comercializa bajo el nombre de Mayländer Wines y que se pueden conseguir en la web oficial con precios desde los 9 a los 189 euros.
“Mis propios vinos de mi región natal, Remstal, refinados con el sabor de esta tierra. ¡Estoy orgulloso de poder finalmente hacer realidad este sueño!”, se presenta Bernd Mayländer en su sitio oficial, berndmaylaenderwine.com.
Cuando no viaja por trabajo, Bernd regresa a su casa en Remstal, cerca de Stuttgart, donde vive con su esposa, sus dos hijos, un perro y varios gatos.
“Este hombre de familia es lo que se dice hogareño y con los pies en la tierra”, aseguran los que lo conocen. Lejos de las luces de la Fórmula 1, el alemán del que todos hablan en cada carrera se siente cómodo con su gente, en calma, en el mismo pueblo donde nació hace 53 años.
¿En qué momentos se utiliza el Safety Car?
- Accidentes o choques.
- Condiciones meteorológicas adversas.
- Peligros en la pista, como objetos extraños o roturas en el circuito.
- Problemas técnicos o mecánicos de algún auto de la F1.
- Reinicios de carrera.