Los analistas anticipan que el dato que conoceremos en diez días rondará el 40%, un salto que se explica por la escalada de la inflación, que cerró el año pasado con un alza del 94,8%.
Pero a la vez advierten que se trata de un dato “viejo”: con la inflación de febrero en 6,6% y un aumento de la canasta básica total -el umbral de la pobreza- de 8,3% y de la canasta alimenticia, que mide la indigencia, del 11,7% en ese mes, la pobreza en Argentina ya ronda el 42%.
El registro del 42% es un punto de inflexión para el Frente de Todos. En lo que va de la gestión de Alberto Fernández, el registro más alto fue el del segundo semestre del 2020, con 42%, cuando la pandemia hizo saltar el índice a los registros más altos desde el 2003.
Desde aquél dato del 42% en 2020, todos las mediciones fueron mostrando una caída en la pobreza. Pero esa tendencia se cortaría en el informe que viene como consecuencia del derrumbe de los salarios reales.
Datos de la consultora FMyA marcan que en febrero el salario mínimo representó sólo el 38% de la Canasta Básica Total para una familia tipo, que se ubicó en $ 177.063. “En marzo será una proporción aún menor. Cuando Alberto Fernández asumió, representaba el 43%”.
Martín Rozada, director de la maestría en Econometría de la Universidad Di Tella, realiza el Nowcast de pobreza, una medición basada en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC junto a proyecciones de la canasta básica total (CBT) y de los deciles de ingreso total familiar.
“Nosotros tenemos una estimación de la tasa de pobreza de 38% en el tercer trimestre del año pasado. En el cuarto trimestre ya la canasta básica tenía un salto interanual del 97%, mientras los ingresos crecían menos del 90%. Por eso esperamos que la tasas del segundo semestre se acerque al 39,6% en la medición del INDEC“, señala Rozada.
Pero Rozada da un paso más y detalla que el NowCast para el período septiembre de 2022 a febrero del 2023 sitúa la pobreza en el 42%.
“Mi impresión es que el número que va a dar el Indec en un par de semanas es el piso de la pobreza que vamos observar durante el 2023. Así esta gestión tendería a terminar con un índice de pobreza superior al de la pandemia”.
¿Hay chances de que la pobreza baje en lo que resta del año? “Todo lo que se pueda hacer en este año electoral son paliativos, no va a afectar demasiado el nivel de la pobreza. Para bajar la pobreza hay que controlar la inflación y para tener una baja sustancial hay que crecer durante muchos años”, indica Rozado.
Nada de eso se cumpliría este año: los pronósticos del sector privado ya apuntan la inflación más allá del 100%, mientras la economía se viene desacelerando desde septiembre, con altas chances de entrar en recesión en los próximos meses.
Agustín Salvia, del Observatorio de la Deuda social de la UCA, asegura que este trimestre deja “unos datos muy dramáticos de evolución de la canasta”. Y explica que la situación empeoró respecto al año pasado. “Hasta el segundo semestre del 2022 los salarios formales acompañaban a la inflación. Y en el sector informal hubo un aumento del empleo, lo que hacía que se compensara la caída de las remuneraciones reales”.
Respecto del próximo dato de pobreza, Salvia marca que dará en torno al 40%. “En este momento no está habiendo más empleo que compense una caída de las remuneraciones reales. Estimo que habrá un alza de la pobreza y la pobreza extrema“.
Sin embargo, para Salvia la pobreza no volverá al nivel de la pandemia. “Puede subir uno o dos puntos más del 40% actual. La tendencia es al aumento de la pobreza, pero no al desborde“.
“Seguramente la pobreza hoy en día está por encima del 40%“, coincide Leopoldo Tornaroli, Investigador Senior del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Tornaroli marca que este año el alza de las canastas estará por encima de la inflación y no podrá compensar la caída de los ingresos reales con mas empleo. “Si la inflación llega al 100% no es probable que la pobreza baje”.
El investigador de CEDLAS marca que con estos niveles de inflación, las políticas oficiales pierden eficacia. “La pobreza y la indigencia son menores con la Asignación Universal por Hijo (AUH) que lo que serían si la asignación no estuviera. Pero posiblemente pierdan con la inflación y su rol como política de mitigación de la pobreza pierda efectividad”.
