El equipo del ministro Sergio Massa tiene previsto anunciar la ampliación del swap con China para mediados de este mes, activando así otros US$ 5.000 millones que pasarán a engrosar la deuda de Argentina con el régimen comunista de Xi Jinping.
Esta posibilidad fue negociada y aprobada en enero de este año, y finalmente el Gobierno hará uso de la ampliación del swap justo antes de que tengan lugar las elecciones generales.
El paquete total comprendido en el swap asciende a los US$ 17.800 millones (130.000 millones de yuanes), de los cuales el kirchnerismo ya utilizó casi el 30% para financiar operaciones de importación con China y Brasil, así como para cancelar vencimientos con el FMI (el yuan es una de las monedas que acepta el organismo como medio de pago).
Con esta nueva maniobra el Gobierno de Alberto Fernández ya habrá consumido más de la mitad del swap para fin de año. El objetivo vuelve a ser el mismo: postergar la salida de dólares del BCRA cancelando operaciones de comercio exterior en yuanes con los países que lo aceptan, y cancelar vencimientos con el FMI en caso de que sea necesario.
En última instancia, Massa apuesta por el endeudamiento externo para seguir sosteniendo el cepo cambiario hasta las elecciones. Pero a diferencia de los créditos tomados con otros organismos, la deuda con el régimen chino comprende cláusulas secretas y la sociedad argentina no es debidamente informada al respecto, como sí lo fue con el acuerdo del FMI u otros organismos multilaterales.
El presidente Alberto Fernández, ya reducido a un rol prácticamente ceremonial tras el fracaso económico de su Gobierno, viajará a China el próximo 22 de octubre para rendir pleitesía a la dictadura en el contexto del Tercer Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional, afianzando las relaciones carnales con ese país.
Fernández denunció el accionar del FMI como parte de su discurso en la Asamblea General de la ONU, además de denunciar un bloqueo contra Cuba que realmente no existe. Pero no mencionó ni una sola palabra al respecto de las cláusulas arbitrarias y poco transparentes que establece China con el swap.
El cuarto Gobierno kirchnerista dejará al país en recesión según indicó La Derecha Diario, al borde de la hiperinflación, sin reservas internacionales, y dejando como herencia un pesado endeudamiento con el régimen chino que afectará a las futuras administraciones.
