Los fondos nacionales destinados a la educación del año próximo tendrán una reducción superior al 15%, más del doble que la prevista en todo el presupuesto general, convirtiéndose en una de las seis áreas más afectadas por el recorte. El proyecto de ley deberá votarse en las próximas semanas en el Cámara de Diputados, aunque el detalle del contenido ya está definido.
Si bien el ajuste global llegará al 6,8% en el gasto del Estado, la merma de fondos del Ministerio de Educación será más del doble que la del presupuesto nacional general. Los recortes más pronunciados previstos se concentran, además de educación, en subsidios a la energía y al transporte, prestaciones sociales (como planes alimentarios y asignaciones familiares), y las transferencias a provincias. De acuerdo con la iniciativa del Gobierno, el ajuste será de 1,2 puntos del PBI respecto de este año.
Los datos específicos del ajuste en educación surgen del informe “Presupuesto educativo nacional 2023″, del Observatorio Argentinos por la Educación, que analiza el presupuesto 2023 y la evolución del gasto del Ministerio de Educación durante el período 2013-2023. Los datos previos a 2022 fueron tomados del presupuesto abierto publicado por el Ministerio de Economía de la Nación, mientras que para 2022 y 2023 se analizó el proyecto de ley de presupuesto y el mensaje de remisión al Congreso elaborado por la cartera que lidera Sergio Massa.
Más allá que se trata de un recorte considerable a nivel nacional, de casi $135.000 millones, vale aclarar que todas las provincias y la Ciudad de Buenos Aires tienen sus propios presupuestos para educación con lo que hacen frente al funcionamiento de las escuelas, los sueldos de los docentes, el mantenimiento de la infraestructura y otros gastos.
Hace un mes la cartera nacional, que conduce Jaime Perczyk, tuvo un sensible golpe con el recorte de $50.000 millones para el programa Conectar Igualdad con lo quedó en suspenso la entrega de 1.000.000 de netbooks en todo el país. Sin embargo, se estima que para el año próximo éste será uno de los cinco programas en contar con más recursos, con un incremento del 16,9%.
El informe fue elaborado por Javier Curcio, investigador de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del Conicet, y Gabriela Catri y Martín Nistal, del Observatorio de Argentinos por la Educación. Los autores concluyeron que el presupuesto educativo de 2023 es el segundo más bajo de los últimos 11 años y que en la última década la mitad de los gobierno nacionales implicaron ajustes en las partidas destinadas a educación. El análisis muestra reducciones interanuales en el Ministerio de Educación en cinco oportunidades: 2014 (2,9%), 2018 (9,2%), 2019 (6,9%), 2020 (15,6%) y 2023 (15,5%).
De un total de 23 áreas presupuestarias, Educación se encuentra entre las seis que efectuarán mayores ajustes en 2023, superado solo por Ambiente y Desarrollo (15,8%), Transporte (17,3%), Salud (19,2%), Economía (20,8%) y Turismo y Deportes (26,0%). Los fondos del Ministerio de Educación pasarán de $870.044 millones este año a $735.467 millones en 2023.
El ajuste que se votará en el Congreso se suma al recorte del 5% proyectado para los fondos vigentes del ministerio al cierre de 2022. Esto implica una disminución del peso relativo de la educación dentro del gasto nacional de este año, según lo proyectado en la partida 2023. La contracción, según el informe, se añade a las reducciones anunciadas en agosto pasado que afectaron, además del Conectar Igualdad, el fortalecimiento edilicio de jardines de infantes y la inversión en infraestructura y equipamiento.
“El contexto de inestabilidad e incertidumbre económica y social que atraviesa el país, combinado con restricciones fiscales profundas, acentúa la necesidad de priorizar, reforzar y proteger el presupuesto educativo para apuntalar el desarrollo, la reducción de brechas y la ampliación de oportunidades especialmente para los más vulnerables”, opina Curcio.
“El gobierno nacional, a través de la asignación presupuestaria, ejerce un rol de coordinación central para el sistema educativo, que orienta a su vez a las asignaciones que serán dispuestas por las provincias y la Ciudad de Buenos Aires para complementar el financiamiento de la educación”, agrega.
Otros recortes
Según el informe, al evaluar las variaciones del proyecto del presupuesto 2023 se observa que, de aprobarse la ley en los mismos términos en que fue remitida, 22 de las 25 jurisdicciones presupuestarias (ministerios u otros organismos) que componen la administración nacional obtendrían menos recursos en términos reales. El Ministerio Público tendría la menor reducción, de un 3,8%, y le seguirían la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación (5,3%) y la Jefatura de Gabinete de ministros (7,5%); en el otro extremo, el Ministerio de Turismo y Deportes sufriría el mayor ajuste (26%) aunque también Economía (20,8%) y Salud (19,2%) sentirían el impacto.
Las únicas tres áreas que no contemplan disminución de recursos respecto de la proyección de 2022 son el Ministerio de Interior, con un aumento del 33,3%, los servicios de Deuda Pública (alza del 18%) y las Obligaciones a Cargo del Tesoro (con una suba del 13,9%).
“La reducción del presupuesto nacional destinado a educación no es algo que sorprenda, sí algo que preocupa. Parte importante de dicho presupuesto sostiene a las 61 universidades nacionales. Hoy, en términos relativos, la Argentina gradúa la mitad de profesionales universitarios que Chile. Y en un mundo donde el mercado laboral requiere de más y más saberes, la baja presupuestaria solo delinea un futuro que resulta incierto”, opina Marcelo Rabossi, profesor e investigador de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).
En 2023, los únicos programas del Ministerio de Educación que contarán con más recursos que este año son Acciones de Formación Docente (74,6%), Gestión Educativa y Políticas Socioeducativas (32,2%), Conectar Igualdad (16,9%), Investigación de la Flora, Fauna y Gea (11,8%) e Innovación y Desarrollo de la Formación Tecnológica (4,2%). Por el contrario, habrá 12 ítems que deberán ajustarse y los mayores recortes estarán en Información y Evaluación de la Calidad Educativa que se achicará en 50,4%), Gestión y Asignación de Becas a Estudiantes (35,3%) y Actividades Centrales (34,6%).
El tratamiento del presupuesto 2023 provoca cuestionamientos, no solo de la oposición sino puertas adentro de oficialismo. El duro ajuste en el gasto público es el principal eje de la polémica por las implicancias que tendría en sectores sensibles. Además de lo que ocurrirá en Educación y Salud, se sentirá el efecto en las partidas destinadas a políticas alimentarias. Según un informe de la Oficina Nacional de Presupuesto del Congreso la caída en este ítem será del 24,5%.