El ministro de Economía Luis Caputo negó que exista una situación de atraso cambiario por el ritmo de la inflación acumulada desde la devaluación del 13 de diciembre, y planteó que la suba de precios mensual en los próximos meses será más baja de lo que anticipa el mercado.
Distintos consultores vienen alertando sobre un efecto de atraso cambiario tras el salto devaluatorio del inicio de mandato de Javier Milei, que llevó el tipo de cambio oficial a los $800, un valor que estaba por encima de las proyecciones privadas en ese momento. Desde ese puntapié, el dólar administrado por el Banco Central actuó como “ancla” nominal con reajustes de solo 2% mensual ante un panorama inflacionario que avanza mucho más rápido.
El 25,5% que marcó el IPC de diciembre medido por el Indec y el dato de enero, que se espera que sea menor en un rango de entre 18 y 20 por ciento según consultoras, podría ir carcomiendo esa competitividad ganada por la devaluación. Un informe de SBS concluía que para abril la Argentina perdería toda la ganancia de competitividad que había conseguido con el movimiento inicial cambiario, lo que implicaría que a la altura del año en que comienza la liquidación de la cosecha gruesa de la soja, debería tener lugar una nueva devaluación previa.
El jefe del Palacio de Hacienda salió al cruce de ese posteo en la red social X con su propia opinión sobre si existe, o no, una situación de atraso cambiario definitiva. “Los niveles de inflación que suponen ese análisis están bastante alejados de la realidad, empezando por enero que ya es casi dato va a estar en el entorno al 20 por ciento. También son muy superiores al REM, que espera 21,9 / 18 / 15,3 y 13 (de enero a abril). Por lo tanto, la conclusión está sesgada por un supuesto que hoy por hoy no comparte nadie”, mencionó Caputo.
La preocupación sobre un atraso cambiario no es nueva y hasta el FMI se ha pronunciado al respecto. “Después del sinceramiento cambiario y el esquema 80% / 20% aplicable a la liquidación de exportaciones, el BCRA logró consolidar su posición compradora en el MULC. Pero con un crawling del dólar oficial al 2% mensual que eleva la expectativa de devaluación en el corto plazo, el promedio diario de compras se redujo sensiblemente de USD 207 millones en diciembre a USD 149 millones en enero”, dijo la consultora LCG en un informe que resumió la actividad cambiaria de enero.
“No creemos que en este contexto el BCRA tenga margen para sostener el atraso del tipo de cambio por un período prolongado. Vemos como probable que el dólar oficial vuelva a corregirse más temprano que tarde y que el BCRA se vea obligado a sostener los controles sobre el mercado de cambios por lo menos durante todo el primer semestre, hasta tanto pueda consolidar el proceso de acumulación de reservas”, planteó.
“Después de la devaluación de diciembre, el tipo de cambio debería estar de 35% a 40% por encima de ese nivel. Esto, en base a nuestras proyecciones de inflación arroja un dólar entre $1.740 y $1.850 para fin de 2024. Esto es imprescindible para que la cosecha gruesa se liquide con rapidez y se libere el acceso al MLC lo más rápido posible”, mencionó Walter Morales, presidente de Wise Capital. “Tengamos en cuenta que en los últimos dos meses se perdió la mitad de la ganancia de competitividad de la devaluación. A favor, la inflación se está desacelerando pero aún quedan por delante ajustes de tarifas y los efectos de la segunda ronda de devaluación”, dijo.
El FMI ya había dado su propia opinión al respecto. El organismo dijo que el Gobierno se comprometió a mantener la competitividad cambiaria, que se verá afectada por el avance de la inflación ante un tipo de cambio que se actualiza a 2% mensual. “Tras la gran devaluación inicial a mediados de diciembre, las autoridades se han comprometido a mantener una política cambiaria coherente con los objetivos de acumulación de reservas y un régimen basado en el mercado que evite el enfoque anterior de gestionar los mercados de divisas paralelos y de futuros”, mencionó el staff report que se conoció hace una semana.