Las empresas de supermercados muestran una creciente preocupación por el estallido inflacionario al que se ve sometido el país bajo la dirección de Sergio Massa. Los consumidores cada vez llevan menos productos, demandan segundos o terceras marcas en la medida de lo posible, y reducen sus gastos al mínimo indispensable para poder llegar a fin de mes.
La marca líder de supermercados Carrefour advirtió que la dinámica hiperinflacionaria se está acelerando violentamente. Así lo definió Matthieu Malige, el director financiero mundial de Carrefour, al respecto de la situación de la firma en Argentina. Los precios de reposición en el mercado mayorista están subiendo a un ritmo récord y no quedará más remedio que trasladar las subas al bolsillo del consumidor final.
Por el rezago del consumo, la participación de los productos de marcas propias de Carrefour alcanzó el 35% del total, un valor históricamente elevado y más de 3 puntos porcentuales por encima del cierre del año pasado. Se trata de una gama de productos con precios entre 30% y 40% más accesibles que los que establecen las marcas líderes.
El candidato del kirchnerismo anunció una devaluación del 50% para los exportadores, desatando así una oleada de remarcaciones sobre todos los insumos afectados y todos los precios que dependen de esos insumos. Se trata del shock devaluatorio más importante desde agosto, aunque en esta oportunidad no afectó a las importaciones porque el tipo de cambio oficial permaneció inalterado.
El comunicado de Carrefour afirmó que el poder adquisitivo de los consumidores está bajo presión, y se ve amenazado por la política económica errática del ministro Massa. Esto se ve reflejado en los niveles cada vez más golpeados de las ventas minoristas.
Los supermercados proyectan remarcaciones de hasta el 12% en las próximas semanas, pese a que el Gobierno confirmó la extensión del programa Precios Justos hasta fin de año. La estampida inflacionaria parece incontenible.
La continuidad del kirchnerismo promete continuar con la persecución a los comerciantes y a las cadenas de mercados, responsabilizándolos por el aumento de los precios. Pero la verdadera causa de la inflación, la emisión monetaria descontrolada para financiar el déficit fiscal y a los pasivos remunerados del BCRA, permanece impune.
El “plan platita” de Massa generó una emisión monetaria adicional por el equivalente de 5 billones de pesos. Una gran proporción de este monto fue financiada directamente a través del Banco Central, mientras que otra cuantía se financió por medio de compras indirectas de títulos públicos en el mercado secundario.
La tasa de inflación rompió el techo del 138% en septiembre y para fin de año se proyecta un piso de por lo menos el 200% interanual. Los precios repuntaron un 12,4% en agosto y un 12,7% en septiembre, para el mes de octubre se espera un salto adicional del 10%, y el último bimestre será por lejos el más delicado de 2023 ya que se espera una fuerte devaluación.