El consumo cayó durante julio y prolongó la dinámica de cierto estancamiento que se venía observando desde el segundo trimestre: para contrarrestar el impacto del salto inflacionario de la suba del dólar del 22% que convalidó el BCRA en el día posterior a las PASO, el Gobierno encaró esta semana un paquete de medidas, con la intención de fortalecer el ingreso y la actividad económica, de la que el consumo es el principal componente. Las iniciativas le pueden agregar un 2% al poder adquisitivo de los hogares, lo que no alcanzará en promedio para recuperar lo perdido por el pico inflacionario de agosto-septiembre pero que sí permitirá que los de menos ingresos salgan virtualmente empatados.
La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) publicó su indicador mensual de consumo, que mostró una baja de 1,8% mensual desestacionalizada. El número va en continuidad con la contracción de 1,5%, también desestacionalizada, que registraron las ventas de supermercados en el segundo trimestre al ser comparadas con las del primer trimestre.
Todos esos datos dan cuenta de cuál era la coyuntura en términos de consumo privado en la previa a la devaluación del día posterior a las PASO. La esperada contracción sobre los ingresos de los hogares tras la suba del dólar, que se montará sobre el estancamiento relevado por la CAC, buscó ser rápidamente contrarrestada por el Gobierno a partir del paquete de medidas, que a priori logrará moderar la erosión del poder adquisitivo en los próximos meses, para los que se espera un salto inflacionario a los dos dígitos, pero no del todo.
En ese sentido, desde la consultora Equilibra señalaron: "Esperamos que la masa de ingreso familiar, es decir masa salarial más ingresos de la seguridad social, en los próximos tres meses mejore poco más de 2% tras los anuncios. Esta mejora no pareciera compensar la aceleración inflacionaria post devaluación. Antes de las PASO estimábamos una inflación acumulada de 15,5% para el bimestre agosto-septiembre y tras el salto dólar oficial esperamos que roce 25%".
Y agregaron: "El ingreso de las familias de mayores ingresos, que no percibieron mejoras por las medidas anunciadas, no podrá compensar en el corto plazo una aceleración de más de 9 puntos en la inflación del bimestre agosto-septiembre. Ahora bien, dado que la mayoría de las medidas benefician a las familias de menores ingresos, es probable que estas perciban mejoras suficientes como para que sus ingresos reales no caigan. Un ejemplo sencillo, un matrimonio con un solo ingreso laboral (asalariado privado formal con un sueldo neto de $300.000) va a percibir una mejora de sus ingresos más allá de paritarias de 10% durante dos meses ($30.000), compensando la aceleración inflacionaria mencionada".
Un informe reciente de la consultora PxQ mostró que, aunque entre enero y julio la inflación fue de 60,2%, hubo un diferencial entre el impacto sobre los deciles de mayor ingreso y los de menores: el 10% más pobre, de hecho, sufrió un IPC acumulado de 61,3%, por encima del promedio.
La CAC registró una caída de 1,8% en el consumo durante julio. El indicador sigue 8,2% por encima de los niveles de diciembre pero ya lleva dos meses en baja. A través del Índice de Consumo, la central empresaria afirmó: “El sostenimiento en el signo negativo de la balanza comercial, la golpeada recaudación efecto de la sequía, la contracción económica y la continuada caída de reservas, sumado a las metas fiscales planteadas por el FMI, limitan el impulso de políticas públicas que recompongan los salarios y que puedan incentivar el consumo”.