Cuando se habla de cajas de seguridad, la mayoría de la gente piensa en dos cosas: que están solamente en los bancos y que sirven para guardar dólares. Sin embargo, el abanico de opciones y usos es bastante más amplio.
En la Argentina existen 14 empresas privadas que brindan este servicio y lo que se resguarda va más allá del dinero en efectivo e incluye documentos importantes (como escrituras o títulos universitarios), joyas, backup de información digital y hasta obras de arte, entre otros objetos.
A diferencia de las cajas bancarias, las privadas se pueden contratar por períodos cortos de tiempo -menores al año- y sumarle el alquiler de una sala de reuniones totalmente equipada si se necesita hacer una operación concreta.
El presidente de la Cámara Argentina de Empresas de Servicio de Alquiler de Cajas de Seguridad (Caesacs), Juan Piantoni, explicó que la principal diferencia con los bancos está en que el resguardo de valores es su actividad principal. “Nos dedicamos exclusivamente a brindar este servicio: es el único producto y el cliente nota la diferencia”, dijo el también CEO de Ingot.
Otro punto que se destaca frente al servicio de los bancos es el horario. Las cajas de seguridad privadas son accesibles de lunes a viernes durante casi todo el día y también está la posibilidad de ir los sábados. Algunas, incluso, están abiertas los domingos.
“En nuestro caso, tenemos cinco sucursales automatizadas, en las que los clientes pueden operar las 24 horas. Eso le permite acceder a sus valores de forma segura y en el horario que el cliente quiera”, indicó Piantoni.
A su turno, Ariel Medinilla, de la empresa de cajas de seguridad Fortress -ubicada en Mar del Plata-, sumó: “El diferencial principal es que es nuestra función primaria, con lo que el servicio es mejor. En muchos casos tenemos estacionamiento propio, las cajas están ubicadas shoppings o edificios corporativos, con lo cual, genera mucha discreción para el cliente”.
Por su parte, Ignacio Serrano, director de Marketing de Hausler, comentó que además del estacionamiento y los horario amplios, las bóvedas que ofrece su compañía son automatizadas.
“Garantizan la privacidad y seguridad durante todo el proceso. El cliente accede a un box de operaciones, que es como una terminal de autoservicio. Entra sin que lo acompañe un empleado, mediante biometría y claves personales. Después pasa por el lector de vasos sanguíneos y, luego de comprobar su identidad, un robot le trae la caja para que pueda operar sin moverse del box”, relató.
Cuánto cuesta una caja de seguridad privada
Las cajas de seguridad con mayor demanda, coincidieron los voceros, son las de tamaño más chico. En ellas se pueden guardar billetes y objetos pequeños, como joyas; algunas también permiten almacenar papeles. Los valores son similares a los que manejan los bancos y se pueden pagar mensualmente.
“Las más chicas son las más pedidas. Lanzamos un tamaño al que llamamos ‘pequeño ahorrista’ en las sucursales de microcentro y Pilar. Allí entra el equivalente a US$50.000 y cuesta $37.800 por mes. En términos generales, tenemos cajas chicas, medianas y grandes. Entre esos tres tamaños, la más chica es de 23x5 centímetros y 32 centímetros de profundidad. Permite guardar hasta US$250.000 a un costo mensual de $60.000″, contó Serrano.
Piantoni, en tanto, afirmó: “Las más chicas que miden 10x15x60 y no llegan a los $600.000 anuales. Es un servicio accesible a gran parte de la población que tiene valores que deberían estar bajo llave”.
”La más solicitada es la caja de 10x30x60. Allí se pueden pueden guardar papeles, como escrituras. El precio parte de los $35.000 por mes”, apuntó Medinilla.
Aunque el negocio está en constante crecimiento y las empresas siguen abriendo sucursales, los ejecutivos contaron que durante la primera etapa del blanqueo hubo más cierres de cajas o clientes que achicaron el espacio que tenían contratado.
Sin embargo, todos aseguraron que no fue una tendencia alarmante y que ya se normalizó. A la vez, indicaron que la reactivación del mercado inmobiliario generó una mayor demanda del alquiler de salas de reuniones para realizar escrituras, lo que compensó la pérdida por bajas de clientes.
¿Qué medidas de seguridad tienen las cajas privadas?
Las cajas de seguridad privadas cumplen con las mismas regulaciones que los bancos en materia de seguro sobre los bienes resguardados. La póliza mínima a contratar tiene una cobertura por robo, hurto o incendio de US$50.000, pero el cliente puede extenderla hasta cubrir el monto que necesite.
En caso de que la empresa cierre por cualquier motivo, el usuario será notificado y podrá pasar a retirar sus valores. “Nosotros no sabemos qué tiene cada cliente en la caja, por lo tanto, no hay una intermediación ni una posibilidad de alguna clase de corralito”, explicó Piantoni.
Finalmente, los ejecutivos resaltaron la seguridad de las instalaciones. Las sucursales cuentan con paredes reforzadas con hormigón y varios anillos de seguridad. Esos controles incluyen desde puertas exclusas (que no se abren en simultáneo), detector de metales y llaves hasta múltiples controles biométricos (huella, iris, vasos sanguíneos).