La suba de la inflación no da descanso. Un 102% de aumento interanual obliga a agudizar el ingenio a la hora de comprar cualquier clase de producto. Los elevados precios de las primeras etiquetas empujan a mirar las alternativas: segundas y terceras opciones, marcas blancas o las propias de cadenas de supermercados o mayoristas. Tips para ahorrar en el súper.
A la hora de comparar precios de productos de primeras marcas o marcas propias son muy útiles los folletos de supermercados, sitios online y el listado de Precios Justos. En la mayoría de los casos los productos de segundas marcas o marcas propias son producidos por empresas líderes. Para descubrir quién es el fabricante de una segunda o tercera marca algunos cotejan datos en el Registro Nacional de Establecimientos (RNE).
Para los que tienen alma de detectives la web quiénlofabrica, que además tiene cuentas en twitter y en IG se ocupa de develar quiénes están detrás de las segundas y terceras marcas, además de a quién le encargan y compran sus productos las grandes cadenas.
El precio de las marcas propias de supermercados en muchos casos promedian un 25% menos que el de las primeras marcas, además se suman los descuentos que hacen por comprar sus productos. Algunas cadenas de supermercados y mayoristas confirman que entre un 15% y un 40% de sus ventas proviene de las marcas propias. Una reconocida cadena de supermercado confió que uno de sus productos más vendidos es el cartón de leche de marca propia. Esto los obliga a ubicar este producto a la entrada de sus tiendas, cerca de las cajas y en las góndolas interiores. La misma cadena española consideró que Argentina era el cuarto mercado en el mundo en comprar más productos de marca propia, alcanzando hace 6 años ya un 37% de todo lo pagado en caja.
Un dato a tener en cuenta es que las cadenas tienen varias categorías de productos con marca propia, a algunos les pone directamente su nombre y en otros casos, inventa etiquetas que nada tienen que ver. No sólo productos alimenticios llevan el sello de las cadenas, hay categorías como maquillaje y cosmética; higiene y cuidado personal; cuidado del bebé y cuidado de mascotas.
El año pasado la venta de productos de segundas y terceras marcas creció un 20% interanual, con picos de hasta un 40% en determinadas categorías y canales. Todo indica que la tendencia no sólo se sostiene, sino que está en ascenso.
Según relevó Nielsen IQ, al administrar sus gastos, el 29% de los consumidores elige el producto de menor precio. Esta tendencia resurgió con más fuerza desde el desembarco de la pandemia, pero no es nueva. Argentina desde hace unos años encabezaba el ranking regional de mayor consumo de marcas blancas.
Basta con hacer un poco de historia y recordar que Argentina supo tener uno de los primeros autoservicios en el mundo que vendía sólo productos de marca propia. El grupo francés Casino desembarcó en la Argentina en 1998 con la compra de dos cadenas de supermercados en Córdoba y en la Patagonia. En 2001, en plena crisis, abrió un formato de hard-discount al que llamó Leader Price. Hasta que en 2010 la cadena fue vendida a otros competidores y luego cambió de nombre.
Los argentinos con las crisis se convirtieron en expertos en probar nuevas marcas, por eso este país consume más marcas propias que el promedio de América Latina, según contó Nielsen IQ. No importa la categoría, lo que importa es el precio. Productos de almacén (aceites, conservas de pescado, arroz y pastas secas), lácteos (leche, queso y yogures) o de limpieza (jabones, detergentes, lavandina, rollos de papel), con marca propia son los favoritos a la hora de comprar.
Las principales cadenas lanzan nuevos productos con marcas creadas en sus oficinas y ya incursionaron en las categorías de bebidas alcohólicas como vino, cerveza y hasta protectores solares. En el primer trimestre, el olfato de los especialistas indica que la compra de productos por precio crecerá.