El déficit primario fiscal acumuló en el primer bimestre (enero y febrero) del 2023 unos $ 432.000 millones, equivalente a un 0,27% del Producto Interno Bruto (PIB). Como la meta fiscal con el Fondo Monetario Internacional (FMI) del primer trimestre es de $ 441.500 millones, el Gobierno tiene un margen en marzo de apenas $ 9500 millones de desequilibrio entre los ingresos y los gastos del Sector Público Nacional.
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Aunque todo hace creer en el mercado que habrá un cambio de meta fiscal adicional a la modificación del objetivo de acumulación de dólares en las reservas internacionales del Banco Central (BCRA), fuentes oficiales señalaron a El Cronista que no habrá cambios en la meta fiscal "ni anual ni trimestral", ya que el Gobierno "sigue trabajando en el ordenamiento fiscal y que mejoren los ingresos, entre otros los afectados por la sequía".
Así las cosas y de no mediar cambios en la revisión de las metas que se conocerá en los próximos días, el equipo económico de Sergio Massa tiene dos alternativas: apelar nuevamente a la deuda flotante (devengar gastos pero no pagarlos), como hizo en diciembre del año pasado para cerrar 2022 con un déficit primario de 2,4% sobre el Producto Interno Bruto (PIB; la meta era 2,5%); o ir directo hacia un incumplimiento, que motivaría un pedido de waiver en junio.
Esta última opción es la que procura evitar Massa, ya que por eso fue a negociar una flexibilización de la meta de reservas con la directora y la subdirectora del FMI, Kristalina Georgieva y Gita Gopinath, y con funcionarios cercanos a la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen. A toda costa, el Gobierno busca no caer en waivers, que podrían derivar en una desestabilización económica.
Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica, puntualizó: "La tendencia de caída del gasto público primario que observamos durante el segundo semestre de 2022 estaría mermando. Sumado a la caída de ingresos por la sequía, vemos muy complejo cumplir con esta meta del primer trimestre, excepto que volvamos a observar un importante aumento de la deuda flotante, teniendo en cuenta que luego de la cancelación en enero y febrero, el Gobierno tiene margen para hacerlo sin atravesar el techo impuesto por el acuerdo".
El economista Gabriel Caamaño Gómez, jefe de la consultora Ledesma, indicó que se espera un cambio de meta fiscal o un waiver, algo que recién se verá en mayo o junio. "Todo indica que el resultado fiscal de marzo va ser igual o peor que el de febrero. Me sorprendería si logran bajar el déficit contra el mismo mes del año pasado. Pero como el acuerdo con el FMI se mide en base caja, habrá que esperar", detalló.
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Para Guido Lorenzo, director de Labour, Capital & Growth (LCG), "ya se consumió casi toda la meta fiscal de este trimestre", lo que obliga al Gobierno a "tener un buen marzo" en el comportamiento de los gastos.
Y Lorenzo Sigaut Gravina, jefe de Equilibra, agregó: "El déficit primario del primer bimestre está muy cerca de la meta nominal hasta marzo. Pero antes de que se publique el resultado primario de este mes, el Fondo debería aprobar la cuarta revisión del acuerdo, que vendría con modificaciones de las metas. Seguro van a reducir la meta de acumulación de reservas netas y quizás las fiscales; si bien no creo que cambien la anual -de 1,9% sobre el PIB-, es probable que sí las trimestrales".
Según informó Economía, la recaudación de Derechos de Exportación (retenciones) en febrero se desplomó un 45% interanual en términos reales, lo que afectó significativamente los ingresos del Sector Público Nacional, que cerraron el mes pasado con una caída de 8,5% real. Si se excluyen los tributos del comercio exterior, la recaudación crece 1,4% real. El campo viene liquidando menos de u$s 1000 millones por mes y un "dólar soja 3" tendría muy pocos efectos positivos.
