Los dólares disponibles para el Gobierno hoy son pocos. La desesperación por el ingreso de divisas frescas tuvo como blanco de las críticas al campo en los últimos días y, aunque finalmente el Banco Central terminó cediendo con un régimen especial para la producción de soja, el agro todavía tiene sus buenas razones para evitar liquidar.
El campo tiene al menos seis motivos por los que preferiría quedarse “sentado arriba de las silobolsas” en lugar de liquidar la cosecha que todavía falta. Según un informe de la consultora GMA, la primera razón está relacionada con que el Banco Central aceleró un poco la devaluación del peso, pero las tasas están rezagadas. “Así las cosas, para un productor tendría más sentido valorizar los cultivos al tipo de cambio oficial y apalancarse con deuda que venderlos hoy”, señala el documento.
La segunda razón tiene que ver con las “arcas” del Banco Central: hoy es casi imposible que acumule reservas, a pesar de que es uno de los puntos centrales del acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional. “Esta debilidad para comprar divisas le da fuerza a la tesis de que el tipo de cambio [oficial mayorista] a $130 no alcanza y que debería ser actualizado”, añade.
Reclamos del campo. Una de las escenas de la protesta del campo contra la política sobre las exportaciones agropecuarias, el 9 de julio pasado (Foto: Reuters/Agustín Marcarian).
La tercera razón para no liquidar es el regreso del déficit comercial, apunta GMA, situación que se verificó en junio. “La competitividad precio de la economía podría ser una causa explicativa: el tipo de cambio real multilateral es un 26% más bajo que a fines de 2020 y se mueve en una zona similar a la de abril de 2018, la previa de la crisis de LEBAC y balanza de pagos”, suma el informe.
El cuarto aspecto tiene que ver con la brecha. La semana pasada la diferencia entre el dólar oficial mayorista y el dólar blue llegó al 160%. Con la baja del paralelo se redujo un poco, pero está en terrenos históricamente altos. “Un spread desbordado es sinónimo de mayores expectativas de devaluación”, suma.
El quinto motivo es que el costo de cobertura se disparó. “Las tasas de los futuros de tipo de cambio oficial en ROFEX aumentaron significativamente hasta la zona de 130% y 140% anualizado”, añade el texto.
Finalmente, los rumores de las medidas tampoco ayudaron a que el campo liquidara en los últimos días y, cuando se conoció el nuevo régimen exportador, tampoco convenció al campo.
A grandes rasgos, el Banco Central anunció un régimen por el cual luego de liquidar las divisas y pagar retenciones, los productores pueden acceder por un monto igual al 30% de lo liquidado a comprar divisas a un precio de dólar “ahorro” o “solidario” y con el restante 70% a un depósito remunerado según el avance del tipo de cambio oficial.
La intención es generar incentivos transitorios, hasta fines de agosto, para que los productores quieran liquidar la cosecha más rápidamente. Según las primeras reacciones por parte del sector privado, la medida es insuficiente.
“¿Por qué nos piden liquidar a $130 menos retenciones y luego les dejan recomprar a un dólar más barato que el libre, pero mucho más caro que el valor de venta?”, se preguntaba un jugador fuerte del sector.
“Es un parche”, decía otro. Es muy improbable que genere algún quiebre de manera sustancial, añadía, porque “el único beneficio sustantivo es que el productor puede adquirir dólar ahorro en un 30% a $100 menos por dólar”.
Sobre el 70% adicional, señalaban que ya existen instrumentos de este tipo y que seguramente preferirán guardar la soja, que es un producto que de por sí está dolarizado, en lugar de hacer un depósito bancario.