A partir de este lunes, y luego de algo más de siete meses de Gobierno, el Banco Central (BCRA) ya no tendrá que manejar deuda propia ni emitir para pagar los intereses que genera. Con la extinción de los últimos $10 billones de pases pasivos -y su posible traslado a instrumentos del Tesoro- la entidad que conduce Santiago Bausili podrá encarar una nueva tarea.
Los últimos anuncios el Gobierno llevan a los analistas a pensar que el principal objetivo de la entidad será la intervención en la brecha cambiaria, en detrimento de la acumulación de reservas. Por su parte, si bien puede haber una suba en la tasa de interés, los economistas privados dudan de que la administración del costo del dinero sea el próximo foco del BCRA.
“Está claro que está virando a lo que elegantemente podríamos llamar gestión de liquidez vía venta de dólares en el mercado paralelo o, más directamente, manejo de la brecha vía intervención. Lo ideal habría sido que, ya asegurándose de que el Tesoro paga la deuda, hubieran ido a más la gestión monetaria con tasa, pero no hicieron eso”, consideró Gabriel Caamaño, socio de Outlier.
Martín Kalos, economista de Epyca, se manifestó en la misma línea: “Con los últimos anuncios, la prioridad pasó a ser la reducción de la brecha, bajo una premisa indirecta: si la brecha aumenta, eso acelera los precios, desestabiliza el esquema macroeconómico propuesto por el Gobierno y genera expectativas de devaluación que juegan en contra del levantamiento del cepo cambiario”.
Tras la decisión de recomprar en el mercado financiero cada peso emitido para capturar divisas en el segmento oficial, el Gobierno desacelerará todavía más la acumulación de reservas. Así, le costará cumplir con una de las condiciones base para salir del cepo: robustecer las arcas del BCRA.
El cepo al dólar, lejos de desaparecer
Para Kalos, la próxima tarea de la autoridad monetaria debería ser, precisamente, levantar el cepo cambiario y para eso se necesitan más reservas. Sin embargo, cree que el equipo económico puso el foco en el control de la brecha porque si la distancia entre el tipo de cambio oficial y los paralelos aumenta, será cada vez más difícil captar dólares. Con eso, cree el economista, el Gobierno gana tiempo a la espera de fondos frescos que mejoren el patrimonio del BCRA y permitan levantar las restricciones cambiarias.
“Supongo que esto se hace a la espera de otras novedades que, si bien no conocemos, deberían ir por el lado de otras formas para acumular reservas: ya sea una mayor liquidación, inversiones a través del RIGI o créditos internacionales que todavía no llegaron. Todo eso, por ahora, no sabemos si va a ocurrir y en qué magnitud”, indicó Kalos.
Por su parte, Caamaño consideró que en el mediano plazo el Gobierno debería volcarse hacia una política económica más alineada con los requerimientos del FMI. “Claramente, eso no incluye vender dólares para gestionar liquidez en pesos”, cerró.