La escasez de gasoil sigue siendo un problema en Salta y todo el interior del país, especialmente para el sector agropecuario. El Gobierno encabezado por Sergio Massa todavía no dio respuesta.
La escasez de gasoil compromete directamente al inicio de la llamada siembra gruesa, que incluye el maíz, el girasol y la soja. El sector agropecuario consume hasta el 28% de todo el gasoil que se vende en la Argentina, y cualquier tipo de faltante hace imposible desempeñar la actividad con normalidad.
“No podemos estar en estas condiciones, justo en momentos donde debemos iniciar la siembra de cultivos de gruesa; es una situación muy triste. La falta de previsibilidad que tiene la Argentina hace que ocurran estas cosas. Nuestro país produce entre un 70% y 80% del combustible que consumimos, pero en ocasiones especiales, como es el comienzo de una temporada de siembra y cosecha, hay más demanda y no existe oferta libre para satisfacerla”, sentenció la Asociación Argentina de Productores Autoconvocados (AAPA).
Esta vez no existe ninguna sequía ni afección climática a la cual el ministro Massa le pueda echar la culpa, sino que el desabastecimiento responde a la propia inoperancia del modelo económico agotado que Massa insiste en continuar si gana las elecciones.
La bota del Estado en el campo no solo favorece el desabastecimiento vía controles de precios y restricciones a la importación, además interviene fijando retenciones confiscatorias con tasas de entre las más elevadas del mundo.
La soja se ve alcanzada por un gravamen del 33% para su exportación, el maíz tributa un 12% y el girasol está alcanzado por un impuesto del 5%, por solo mencionar a los productos de la cosecha gruesa.
Asimismo, los exportadores sólo pueden liquidar un 30% de sus exportaciones a través del cambio Contado con Liquidación (CCL), que se asemeja al dólar paralelo, pero el 70% restante debe efectuarse a través del sobrevaluado dólar oficial (que todavía permanece fijado en $367 desde la segunda semana de agosto).
El sesgo anti-exportador de la política económica de Massa contradice a sus propios objetivos. El ministro no logró cumplir con ninguno de los ejes básicos que delimitó en agosto del año pasado al momento de su asunción: acumular reservas, orden fiscal, mantener el nivel de actividad y bajar la inflación. Nada de esto ocurrió en la práctica.