Los relevamientos de las principales consultoras privadas sugieren que la tasa de inflación mensual se habría ubicado entre el 20% y el 30% hacia el último mes de 2023, la cifra más exorbitante nunca vista desde febrero de 1991. Esto generará un fuerte efecto de arrastre estadístico para los primeros meses de este año 2024, aún aunque la variación mensual de los precios pudiera bajar.
Con esta dinámica, se estima que la tasa de inflación interanual habría superado el 200% al término de 2023, la más extrema de los últimos 32 años. La mayor parte de las actualizaciones salariales perdieron contra la suba de los precios en diciembre, y lo mismo ocurrió con la mayor parte de las jubilaciones, pensiones y asignaciones sociales (exceptuando las que fueron alcanzadas por los aumentos del Ministerio de Capital Humano).
La administración kirchnerista dejó plantada una virtual hiperinflación a partir de tres ejes: la masiva distorsión de precios relativos (atraso de tarifas, precios regulados y tipo de cambio oficial), la bomba de pasivos remunerados en el Banco Central y el sobrante de pesos, y finalmente la cantidad insana de obligaciones del país con el exterior (incluyendo el resarcimiento por la expropiación de YPF).
Todo esto obligó a las nuevas autoridades a tomar medidas correctivas y con carácter de urgencia, entre ellas la devaluación del dólar oficial, la reestructuración de las tasas de interés para comenzar a licuar la deuda remunerada del BCRA, y el lanzamiento de los bonos BOPREAL para normalizar el comercio exterior desde el punto de vista de las importaciones.
Naturalmente, estas medidas generan un fuerte impacto social por la liberación de una gran cantidad de inflación que hasta ahora se encontraba artificialmente reprimida. Sin estas medidas resultaría imposible el lanzamiento de un eventual plan de estabilización.
El Gobierno manifestó su voluntad por atender y proteger a los sectores más vulnerables durante el período de emergencia, y para eso se resolvió adoptar los siguientes lineamientos:
- Aumento de las asignaciones AUH y Tarjeta Alimentar (entre 50% y 100%), junto con una amplia auditoría de planes sociales
- Propuesta para eliminar la fórmula de actualización previsional del kirchnerismo (que pierde contra la inflación), y sancionar una nueva ley a través del Congreso. Mientras tanto, los aumentos se darían por decreto
- Bono de $55.000 para jubilados y pensionados que perciban el haber más bajo (hasta $105.000), el cual se cobrará este mes de enero
- Bono de $50.000 para jubilados con haberes de hasta $110.000
- Bono de $40.000 para jubilados con haberes de hasta $120.000
- Bono de $30.000 para jubilados con haberes de hasta $130.000
- Bono de $20.000 para jubilados con haberes de hasta $140.000
La fórmula previsional kirchnerista habría provocado un ajuste presupuestario superior al 2% del PBI sobre el gasto nacional en jubilaciones y pensiones. Con la propuesta que encabeza el Gobierno de Javier Milei, este ajuste será limitado al 0,7% del PBI, de acuerdo a los lineamientos ratificados por el Ministerio de Economía y el propio Luis Caputo.