El ministro Sergio Massa volvió a mentir descaradamente, y anunció una supuesta auditoría del Fondo Monetario Internacional (FMI) para investigar el uso de los US$ 45.000 millones que se desembolsaron en Argentina en el crédito Stand By de 2018, y en particular resaltó la “fuga de capitales” y acusó nuevamente al expresidente Macri como responsable.
Pero nada de esto sucede en la realidad. El FMI entiende perfectamente que los fondos se utilizaron para cancelar compromisos anteriores en medio de la detención súbita de capitales y la falta de financiamiento externo. El ex director del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario, Alejandro Werner, desmintió a Massa y la supuesta auditoría de la que habló.
En otras palabras, los recursos del préstamo se utilizaron para cubrir necesidades de financiamiento del gasto corriente, y en su gran mayoría para pagar vencimientos de deuda pasados. Y no para lo que se entiende como “fuga” de capitales, que es otra forma de definir la intervención del BCRA para contener la paridad del dólar. Paradójicamente, el Gobierno encabezado por Massa está siguiendo esta misma estrategia al día de hoy, y el Banco Central despilfarra dólares para intervenir la cotización del MEP y el CCL.
Werner confirmó de manera cabal que el FMI no llevará ninguna auditoría para relevar cómo se utilizaron los US$ 45.000 millones, y mucho menos verificar la idea absurda de una “fuga de capitales”. Tampoco se llevará a cabo ninguna auditoría para investigar las acciones del expresidente Macri, ya que todo esto nuevamente carecería de cualquier fundamento serio.
Lo que hará el Fondo Monetario es constatar si el diseño mismo del plan fue el correcto para la situación que atravesaba Argentina por aquel entonces, o si hubiera sido conveniente aplicar otra estrategia en su lugar.
Por otra parte, la Oficina de Evaluación Independiente (OEI) del FMI también buscará trazar un sendero de acción para los próximos meses, posiblemente rediseñando el programa actual para adaptarlo a los criterios de los nuevos candidatos y del proceso electoral que finalice con el balotaje del domingo 19 de noviembre.
“Por eso el Fondo seguramente pida acciones concretas para seguir adelante, o un nuevo programa que sustente sus nuevas políticas. Si ganara Milei sería diferente, seguramente un sistema de reformas estructurales más profundo de lo que hayamos visto hasta ahora. Con una mayor contundencia fiscal, y en la parte monetaria, será interesante ver la propuesta de Milei dado su idea de dolarización”, explicó Werner.
El FMI se prepara para apoyar reformas estructurales en el caso de que Javier Milei resulte victorioso en la contienda electoral, mientras que tratará de contener el avance de los desequilibrios monetarios y fiscales en caso de que Massa resulte vencedor.
Según la opinión del ex director del Fondo Monetario, una posible evaluación que podrá hacerse del programa Stand By de 2018 será la revisión de las metas fiscales y sobre los agregados monetarios. También podría analizarse el modo en que se reestructuró la deuda en el año 2020 (una tarea que llevó a cabo Martín Guzmán), y si hubiera sido conveniente o no haberlo hecho en 2019.