La ministra de Trabajo, Kelly Olmos, confirmó este viernes que el Gobierno analiza el pago de un bono de fin de año para los trabajadores registrados con el objetivo de morigerar el impacto de la inflación.
La funcionaria fue consultada por los dichos del ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, quien ayer adelantó que el Gobierno estaba “pensando y armando una propuesta” para entregar una suma fija a trabajadores en relación de dependencia antes de fin de año.
Sin embargo, la funcionaria aclaró que no se trataría de una suma fija, sino de un bono de fin de año. La titular de Trabajo aseguró que “está en la mesa de negociación” y es uno de los instrumentos que manejan como alternativa al pago de una suma fija para paliar los efectos de la alta inflación.
“La gente tiene que tener más plata de lo que la inflación le saca. Sergio (Massa) está pensando con Cristina (Kirchner) en una suma fija. Están pensando y armando una propuesta para que aquellos que perdieron con la inflación puedan recuperar su nivel de consumo”, señaló el jueves el ministro del Interior.
De Pedro explicó que una ayuda económica no solo beneficia a los trabajadores, sino a otros sectores de la economía: “el mercado, las pymes, los comercios; todo funciona cuando la cosa se mueve”. “Muchas pymes nos dicen que le pongamos plata en el bolsillo a la gente porque les compran a ellos. Ese mecanismo funcionó. Mauricio Macri dice que hay que ajustar más rápido. Bueno, eso ya se hizo muchas veces y no funciona”, aseguró el funcionario.
Alternativas para recuperar el poder adquisitivo de los salarios
Por su parte, los salarios promedio de la economía desde diciembre del 2019 aumentaron 31% menos que la Canasta Básica Alimentaria. Así lo estableció un informe de la Fundación Libertad y Progreso.
El estudio señaló que el sector que más deterioro tuvo en sus ingresos fueron los trabajadores privados no registrados, que tuvieron un incremento en sus salarios de 171% y los trabajadores registrados que perciben el Salario Mínimo Vital y Móvil que creció 170%. Según el informe, en ambos casos la diferencia con el aumento de la canasta básica ronda el 60%.
Los trabajadores privados registrados y los asalariados del sector público fueron los menos perjudicados. En el primer caso, tuvieron un aumento del 203% y, en el segundo, la mejora fue del 201%.
En tanto, el Gobierno tiene planificado para fin de año una serie de medidas que buscan generar mayor previsibilidad al bolsillo de los trabajadores. Para eso, prepara un bono de $45.000 para indigentes, al que ya se anotaron más de 100.000 personas, que se pagará en dos cuotas entre noviembre y diciembre.
El “refuerzo alimentario para adultos sin ingresos”, como fue definido de manera oficial, se abonará en dos cuotas de $22.500 y está destinado a personas de entre 18 y 64 años que no perciban ingresos, asistencia del Estado o tengan bienes registrados. La primera cuota se abonará a partir del 14 de noviembre y la segunda en diciembre.
Otras de las medidas que el Gobierno planifica para contener la escalada inflacionaria son dos: el control de precios, a través del programa Precios Justos, y el Ahora 30, que busca financiar a tasas bajas la compra de electrodomésticos.