El Gobierno admitió que postergó la suba en las boletas de luz para los hogares, tal como adelantó en exclusiva Clarín el sábado. La quita de subsidios, con el consecuente incremento en las facturas del servicio, estaba prevista para septiembre, pero se pasó a octubre, confirmó el Poder Ejecutivo.
La suba de septiembre se iba a reflejar en las boletas que los clientes recibirían en octubre. Pero todo se pateó -como mínimo- un mes: la secretaría de Energía, Flavia Royón, explicó que la segmentación va a tener lugar “a partir de los consumos de octubre”. Las boletas nuevas, entonces, llegarán en noviembre.
El Gobierno tiene problemas para identificar los hogares de bajos ingresos que no se inscribieron en el registro de subsidios. Y podría no tenerlo resuelto hasta fin de año, según admitió la secretaría de Energía, Flavia Royón.
También hay otras causas como los llamados de gobernadores, intendentes que ante una inflación del 7% mensual temen que se avive un clima de agitación social. Es el argumento que también esgrimen desde el kirchnerismo que se opone al ajuste.
Energía había definido que los clientes (cualquiera sea su situación económica) que no se anotaban en el padrón de solicitantes de subsidios los iban a perder. De esa forma, se les daba el mismo tratamiento que a los segmentos de mayores ingresos.
Pero hubo más de 5 millones de hogares que no pidieron subsidios. “La mayoría no son de altos ingresos”, le advirtieron gobernadores e intendentes a la secretaría de Energía.
Hubo preocupación entre dirigentes kirchneristas porque temieron ver boletas con aumentos de hasta 50% (como los que iban a tener quienes perdían subsidios) en sectores de ingresos bajos. Los cuestionamientos fueron tanto públicos como privados.
Según estimaciones que maneja el Gobierno, hay dos millones de hogares que no califican para “tarifa social”. Pero que tampoco podrían afrontar tarifas con incrementos. Serían segmentos de ingresos bajos, pero que no pidieron el subsidio.
“Todos (los usuarios) deben inscribirse. Pero hemos dado con un alto porcentaje de personas que no se inscribían porque no tuvieron información, no tienen conectividad o simplemente por desconocimiento. Para esto todavía no tenemos una fecha de corte, tenemos la idea que antes de fin de año, todos estén ya inscriptos”, expresó Royón en declaraciones al programa “Toma y Daca” (AM 750).
La secretaría de Energía definió tres niveles de ingresos para continuar o perder los subsidios. Los correspondientes a ingresos “altos” -ganan más de $ 390.000 mensuales, o perciben menos pero quieren continuar con la posibilidad de atesorar el dólar ahorro- irán perdiendo las subvenciones en las boletas de servicios públicos en tres tramos. Se los denominaba “N1” en la jerga oficial.
“Desde Nación no tenemos las bases de datos de los usuarios, por eso dimos un poco más de tiempo para que se pueden identificar los usuarios no inscriptos. El objetivo es que hasta fin de año todos se inscriban”, dijo Royón.
El Poder Ejecutivo también había definido que quienes no se anotaban en el registro de subsidios -para mantener subvenciones- iban a ser caratulados como “N1”, es decir que no necesitaban ayuda estatal. Para ellos, habría tarifa sin descuentos, con aumentos que pueden llegar hasta 170%, según estimaciones de analistas.
El Gobierno llegó a fin de septiembre con un número que lo sorprendió: más de cinco millones de hogares no se anotaron en el registro de subsidios. De esa forma, todos iban a tener tratamiento propio de ingresos altos: no más subvenciones.
“Uno debe solicitar el subsidio. Todos a los que les interese mantenerlo tienen que pedirlo en la página del Gobierno”, expresó Royón. “Quien corresponde a nivel de ingresos altos o no lo solicite se le va a retirar paulatinamente el subsidio”, recalcó la funcionaria.
“Entre los que no se inscriban, si tienen tarifa social, los hemos contemplados, si bien les estamos pidiendo que se inscriban. En este primera etapa, aunque no estén inscriptos, se les va a conservar los subsidios”, añadió.