La pésima gestión monetaria del Gobierno kirchnerista ya no es un secreto para nadie. La gestión del presidente Miguel Pesce obtuvo la peor calificación a nivel mundial, según el ranking que elabora la revista estadounidense Global Finance. Se trata de un relevamiento con calificaciones que van de la “A” a la “F” y que trata de medir el desempeño de los banqueros centrales a la hora de cumplir sus objetivos más básicos.
Por supuesto, la gestión de Pesce obtuvo una F, la peor calificación posible dentro del ranking. La medición para el Banco Central de Argentina solamente fue comparable con la de su par en Venezuela bajo el liderazgo de Calixto Ortega Sánchez, un país que todavía sigue atravesando una inflación oscilante entre el 300% y el 400% anual.
Dentro de los parámetros de evaluación, se incluye la supervisión del sistema financiero, la política monetaria para atender la estabilidad de precios, los pronósticos y la orientación económica, la independencia del poder político, la compra y venta de bonos a través de operaciones de mercado abierto, y el cumplimiento del mandato nacional. Pesce resultó un fracaso en casi todas estas mediciones.
La falta de independencia del Banco Central argentino queda en manifiesto casi todos los meses, y basta con considerar las siderales transferidas por adelantos transitorios al Tesoro. La capacidad de orientación del BCRA es nula, no tiene credibilidad en nada de lo que anuncia.
Los programas de compra y venta de bonos también funcionaron en la práctica como un auxilio indirecto para el sector público. La tasa de inflación interanual saltó del 54% a más de 138% durante el mandato de Miguel Pesce, y la política de supervisión financiera fue extremadamente errática y disfuncional, tanto es así que el BCRA emitió circulares que modificaron incesantemente las reglas de juego para los mercados.
Muchas de estas resoluciones limitaron la competencia, entorpecieron operaciones, o permitieron favoritismo en algunos sectores por sobre otros. Como se puede apreciar, la gestión de Pesce fracasó en todos los aspectos en los que podría evaluarse un Banco Central.
Argentina tiene, junto con el régimen chavista, el peor Banco Central del mundo. No es extraño esperar que los resultados en materia de inflación y regulación financiera sean consistentes con esta situación.
En contraste con el fracaso del kirchnerismo, las mejores calificaciones de banqueros centrales para la región fueron para Diego Labat en Uruguay, Julio Valerde Flores en Perú, José Cantero en Paraguay y Roberto Campos Neto en Brasil, todos ellos logrando excelentes resultados para controlar la inflación en el periodo de la post-pandemia. Todos obtuvieron la mejor calificación dentro del indicador que constituye la revista orientada a finanzas.
El candidato Javier Milei propone lisa y llanamente terminar con el rol institucional del Banco Central en la economía argentina, eliminado el peso para dar paso a la circulación del dólar a todos los efectos prácticos.
