El primer semestre terminó con una racha de seis meses completos de superávits gemelos. El Indec publicó los números del Intercambio Comercial Argentino (ICA) correspondientes a junio y mostró un positivo de USD1.911 millones durante el mes pasado. En total, el primer semestre terminó con uno de USD10.708 millones. En junio se observó un nuevo desplome de las importaciones, por el efecto de la recesión posdevaluación de diciembre: cayeron 35,4% en la comparación interanual y otro 2,2% en la mensual desestacionalizada. Llevan 7 meses cayendo en forma ininterrumpida. Por el atraso cambiario, las exportaciones cayeron 2,7%en la comparación mensual por primera vez en los últimos 8 meses, aunque siguieron con mejoras del 21,7% en la variación interanual.
En lo que va del 2024, el comercio de bienes con el resto del mundo viene mostrando mes a mes un superávit que generó los dólares para abastecer a las otras cuentas cambiarias que generan salidas netas de divisas y además acumular algo de reservas (en rigor, la deuda comercial por la postergación de pagos explicó la acumulación de reservas del semestre) : la deuda externa, tanto en intereses como en pagos de capital, principalmente con el FMI y otros organismos bilaterales; y los servicios. Eso funcionó entre enero y mayo. En junio, aunque se trata de un mes sobre el que no se conocen los detalles definitivos de lo ocurrido en el mercado cambiario, hubo un freno: el BCRA no logró comprar reservas y se tuvo que deshacer de USD47 millones, según los datos adelantados por el BCRA.
Las exportaciones anotaron una suba del 21,7% interanual, comparando contra la sequía récord del 2023, aunque cayeron un 2,7% mensual desestacionalizado, en un mes en el que el agro mantuvo un aporte más moderado que lo que marcaban las expectativas, a causa del atraso cambiario.
Con todo, los productos primarios terminaron el mes con una mejora de 40,1% interanual, las manufacturas de origen agro con una suba del 16,1% y las manufacturas de origen industrial un incremento del 13,1%. Además, las exportaciones de combustibles y energía treparon un 24,2%.
Por el lado de las importaciones, las caídas fueron traccionadas por la inversión productiva: con la recesión como claro escenario, los bienes de capital se desplomaron un 34,8%, los insumos un 37,6% y las piezas y accesorios de la maquinaria un 37,3%. Los combustibles y lubricantes cayeron un 31,2%. Y no se quedaron atrás los bienes de consumo, con una baja de 29,7%, y los vehículos de pasajeros, con una contracción del 33,5%.
Así, la balanza comercial replicó lo ocurrido en las cuentas públicas fiscales: anotó seis meses continuados de superávit.