Desde el día martes los bancos no dejan de recortar posiciones en Leliq, los títulos que emite el Banco Central a una tasa anual del 133% con renovación cada 28 días, para migrar a los Pases con vencimientos diarios (ofrecen una liquidez mucho mayor) a cambio de una tasa más baja.
Los bancos sólo renovaron hasta un 40% de su posición de Leliq en el día martes, otro 40% el miércoles, y en la jornada del jueves solamente retuvieron un 10% del total. El conjunto de los pesos excedentes se fueron a los Pases del Banco Central, por lo que todavía se encuentran virtualmente “retenidos” por la autoridad monetaria y no salieron al circulante.
La “bomba” de Leliq se convierte rápidamente en una bomba de Pases. De hecho, el stock de Pases ya totaliza los 12,3 billones de pesos frente a los 11,8 billones que representan las Leliq. Por otra parte, la base monetaria del BCRA (entre circulante y depósitos en las reservas del banco) asciende a los 7,2 billones de pesos.
En total, la bomba de pasivos remunerados representa hasta el 334% de la base monetaria, oficialmente el valor más alto de la historia argentina, incluso superando los niveles alcanzados durante la hiperinflación de 1989.
Esta es la pesada herencia que dejan los 16 meses de gestión del ministro de Economía Sergio Massa, se profundizaron todos los desequilibrios macroeconómicos desde su asunción en agosto del año pasado. La economía se encuentra al borde de la hiperinflación propiamente dicha.
Las reservas netas del Banco Central ya superan un rojo de más de US$ 10.000 millones y nunca antes habían alcanzado un valor tan alarmante, ni siquiera en diciembre de 2015 al final de la gestión de Alejandro Vanoli y Cristina Kirchner. Considerando el nivel de las reservas estrictamente líquidas, se alcanza un déficit de más de 14.000 millones de dólares, nuevamente en máximos históricos.
En el frente cambiario, el tipo de cambio paralelo y el dólar oficial mantienen una brecha del 180%, similar a la que había en la antesala del Rodrigazo de 1975. Las tarifas de los servicios públicos, los precios regulados en las góndolas y los combustibles se encuentran completamente distorsionados y atrasados, y el ajuste de los mismos será inexorable.
La administración del Presidente electo Javier Milei tendrá la titánica tarea de fortalecer urgentemente el nivel de reservas internacionales del Banco Central, unificar el tipo de cambio, encontrar una solución de mercado para el stock de pasivos remunerados, avanzar hacia el déficit cero, y conseguir rebajar la prima de Riesgo País.