Luego de una persistente seguidilla de alzas de tasas de interés por parte de los principales bancos centrales del mundo, la perspectiva de un "aterrizaje suave" y una desescalada de tipos comienza a aparecer en el horizonte, de acuerdo con estudios recientes.
Y es que el descenso de la inflación y las mayores expectativas de recortes de tasas están permitiendo que bajen los rendimientos y que a las empresas les resulte más fácil refinanciarse en los mercados de capitales, incluso a pesar de que las condiciones de los préstamos bancarios siguen siendo históricamente estrictas.
Así al menos lo indica el último Credit Risk Monitor de Janus Henderson Investors, que realiza un seguimiento de los indicadores fundamentales y macroeconómicos de las empresas mediante un sistema de "semáforo", para indicar en qué punto del ciclo crediticio se encuentran la economía y las empresas y cómo posicionar las carteras en consecuencia. En este contexto macroeconómico, los indicadores "Acceso a los mercados de capitales" y "Flujo de caja y beneficios" pasaron de rojo a amarillo en el último trimestre, según el informe.
"Para nosotros, la clave sigue siendo la inflación. Los recortes de tipos se basan en una caída de la inflación. Si esto persiste, permitirá a los bancos centrales relajar las tasas de forma agresiva, lo que nos situará en una buena posición", explicó Jim Cielinski, Director Global de Renta Fija de Janus Henderson Investors.
Y agregó: "Creemos que los diferenciales se ajustarán en los próximos meses. El aterrizaje suave, la postura más amigable de los bancos centrales, todo ello tiende a favorecerlo. No esperamos heroicidades del segmento de bonos corporativos, pero creemos que pueden hacerlo mejor de lo que ahora ofrecen", remarca.
En dificultades
Según la información disponible, si bien la mayoría de las empresas son capaces en este momento de hacer frente al pago de su deuda, es evidente que algunas no pueden hacerlo, por lo cual se observa un repunte de la tasa de impago en el sector de alto rendimiento, tanto en territorio europeo como en el estadounidense.
Los mayores problemas se concentran en los sectores inmobiliario, de telecomunicaciones, medios de comunicación y farmacéutico. Los cambios en los hábitos de trabajo, la carga de la deuda y el aumento de los costos de financiación explican los problemas en el sector inmobiliario, mientras que el sector de los medios de comunicación ha estado luchando por la debilidad de los operadores de cable y una disminución general de la publicidad, aunque el año electoral en Estados Unidos podría impulsar la inversión publicitaria, señalan los analistas.
El descenso de los rendimientos a finales de 2023 dio lugar a una gran cantidad de emisiones de títulos, tanto soberanos como corporativos, que fueron fácilmente absorbidas. En el sector empresarial, el entusiasmo parece continuar en lo que va de este año. Los expertos de Janus esperan que los bancos centrales empiecen a recortar los tipos este año, lo que contribuirá a reducir los costos de financiación, aunque señalan que cualquier indicio de desaceleración económica en EE.UU. podría provocar una ampliación de los diferenciales. Las normas para el otorgamiento de préstamos bancarios siguen siendo estrictas, no obstante lo cual el impacto de esta rigidez parece haberse diluido por la fácil disponibilidad de financiación a través del crédito privado.
En este contexto, el retroceso mundial de la inflación, recientes datos económicos de EE.UU. mejores de lo esperado y los datos de los PMI en Europa dieron aire a la tesis de que los banqueros centrales estarían consiguiendo ponerle coto a la inflación sin dañar excesivamente las economías. En esa línea, las perspectivas de crecimiento de los beneficios parecen haberse estabilizado en general, con las excepciones del Reino Unido y China. Aunque persiste la preocupación de que un efecto retardado de las anteriores subas de tipos pueda seguir pesando sobre la economía, la resiliencia de los mercados de consumo y laboral debería respaldar los beneficios empresariales, señalan los expertos.
Históricamente, el descenso de la inflación se ha asociado a activos desvinculados, por lo que cuando los activos de riesgo atraviesan dificultades, los bonos obtienen mejores resultados. Pero esta relevante dinámica de diversificación fue desapareciendo en los últimos años, dando lugar a malos resultados para muchos inversores diversificados. Los especialistas consideran que a medida que la inflación vuelva a la normalidad, esa diversificación debería volver, haciendo de los bonos una propuesta más atractiva al momento de invertir.
"Dado que el consumo estadounidense se mantiene firme y que el mercado laboral allí sigue ajustado, no es urgente que la Reserva Federal recorte los tipos. Dicho esto, están por encima de la inflación, lo que significa que no necesitan ser tan restrictivos, y la Fed ya ha señalado un giro en los tipos oficiales", añadió Cielinski.
Sin recesión
Por otra parte, expertos de SURA Investments consideraron, en un webinar regional titulado "2024: año de transición y oportunidades de Latinoamérica y el mundo", que la economía mundial habría evitado una recesión tras dos años de alzas en las tasas de interés por parte de los bancos centrales, pero hay que mantenerse atentos a la evolución del escenario macro y de los mercados, que aún se encuentran en un período de transición tras la ola inflacionaria de estos últimos años.
Los especialistas de SURA Investments señalaron que, aunque la posibilidad de que la economía mundial experimente un aterrizaje suave, evitando escenarios más complejos, se debe ser selectivo para aprovechar las oportunidades de inversión que ofrecen los mercados.
"La economía todavía tiene tracción, pero hay indicadores de ciertas debilidades. Lo que necesitamos para sostener este escenario es afianzar la baja de la inflación, enfriar el empleo y que el consumo llegue a niveles más normales. Creemos en el aterrizaje suave", aseguró Joaquín Barrera, Director de Renta Fija e Inversiones de la compañía, a lo que Mauricio Guzmán, Head de Estrategia de Inversión, agregó que este panorama se extendería durante 2024, lo que favorecería la demanda de activos de renta variable, aunque siempre prestando atención a las señales que puedan obligar a replantear estrategias de inversión.
En ese sentido, Guzmán indicó que este año habrá menos ansiedad sobre las decisiones de los bancos centrales -que ya hicieron gran parte de la tarea contra la inflación- y que uno de los focos principales de atención estará puesto en el destino de la gran cantidad de efectivo que los inversores mantienen en stand by. "Hay 6 trillones de dólares en los bancos esperando una decisión de inversión. Hay oportunidades en las bolsas de Estados Unidos, Europa y Latinoamérica, pero siendo selectivos por segmentos de mercado y geografías", señaló el experto.