El país enfrenta esta semana pagos al FMI por casi USD2.700 millones. El retraso en las negociaciones para alcanzar un acuerdo técnico sobre la cuarta revisión hizo que no llegara a tiempo el desembolso de USD5.300 millones que aprobará a finales de mes el directorio del organismo. Es por eso que el Ministerio de Economía evalúa la posibilidad de postergar el compromiso hasta que ingresen los fondos previstos, aunque no descartan utilizar parte de las escasas reservas del BCRA.
El calendario de pagos con el Fondo marca vencimientos de capital de USD914 millones para este martes y de USD1.764 millones el miércoles, que suman USD2.678 millones. El actual acuerdo de facilidades extendidas dejó calzados los desembolsos del organismo, previa aprobación de las revisiones trimestrales, a los compromisos del standby firmado por Mauricio Macri en 2018. El problema es que la cuarta evaluación del programa, de la que depende un giro de USD5.300 millones, se extendió más de lo esperado.
En Economía contaban para principios de marzo con el visto bueno de los técnicos del FMI sobre la aprobación de las metas del cuarto trimestre de 2022, el giro de dólares para enfrentar los compromisos pactados, y la flexibilización de la de reservas para 2023 debido a la sequía. La sanción en el Congreso de la nueva moratoria previsional implicó el reto del organismo y una recalibración en algunas proyecciones que terminaron por concretarse en un acuerdo a nivel staff anunciado el pasado 13 de marzo.
Un funcionario del Palacio de Hacienda de diálogo diario con el ministro de Economía, Sergio Massa, y los funcionarios de Washington explicó a BAE Negocios que el directorio del Fondo suele tomarse al menos dos semanas para tratar el reporte de su staff. “Pueden pedir excepciones para hacerlo antes pero en general tratan de no hacerlo. En principio el pago se va a hacer con las reservas del BCRA. Estamos trabajando. En alguna ocasión cuando se dan estas situaciones se puede correr el vencimiento para fin de mes para calzarlo con el desembolso. En definitiva, es una cuestión burocrática”, sostuvo la fuente.
El Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (GERES) detalló que al 7 de marzo las reservas netas de la autoridad se ubicaron en USD2.500 millones: las líquidas fueron negativas en USD4.136 millones, USD3.605 millones eran oro y USD 2.589 millones DEGs, la moneda que utiliza el Fondo y con la que se afrontará el pago.
En ese sentido, el director de Eco Go, Sebastián Menescaldi, explicó: “El BCRA le dará un adelanto transitorio al Tesoro para comprar con esos pesos DEGs, que son los que están en caja, y si falta algo comprará dólares adicionales para cubrir la diferencia. Las reservas netas sumaban USD1.378 millones hasta el viernes. Está claro que los pagos saldrán de los encajes bancarios”. Eso será compensado en parte con el desembolso a finales de marzo.
Los economistas advierten por el escaso poder de fuego de la autoridad monetaria para intervenir en el mercado a pesar de la flexibilización en la meta de reservas. Especialmente en un contexto de sequía y una venta de divisas en el mercado de cambios por casi USD2.000 millones en lo que va de 2023.
Desde Ecolatina señalaron que las reservas internacionales brutas ya perforaron los USD38.000 millones y las netas están por debajo de los USD1.500 millones, cayendo más de USD6.000 millones en lo que va 2023. Además estimaron que por las nuevas proyecciones de cosecha habrá una caída de exportaciones de los principales cultivos del agro (soja, maíz, trigo) superior a los USD18.000 millones respecto a 2022, que incluso podría alcanzar los USD20.000 millones.
En ese contexto, Argentina deberá pagar al FMI casi USD15.000 millones entre abril y diciembre. El acumulado del año dejará un saldo negativo para el país de USD3.500 millones, es decir, saldrán más dólares de los que van a entrar. Por otro lado, en el segundo trimestre hay compromisos por USD6.000 millones con el organismo y en junio se prevé un giro de "solo" USD3.900 millones.
El equipo de Massa, quien regresará este lunes de Panamá en donde participó de una reunión del BID, trabaja con una realidad que se le volvió esquiva en los últimos meses al calor de la aceleración de la inflación y el impacto que comenzó a mostrar la sequía. Por ahora, la meta de déficit fiscal no tendrá cambios y el ajuste deberá ser más profundo. Es por eso que en el Palacio de Hacienda preparan medidas “macro” y otras “sectoriales” para enfrentar ambos frentes, las cuales se conocerán en los próximos días. Una de ellas, en estudio, es un nuevo dólar diferencial para impulsar la liquidación del agro aunque en esta oportunidad podría ser extensivo a otros sectores además del sojero.