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Hay colchón fiscal para el último bimestre, pero el 2025 es desafiante

El superávit de octubre coronó un positivo de 0,5% del PBI y, pese a la estacionalidad de fin de año, luce posible el equilibrio.

Hay colchón fiscal para el último bimestre, pero el 2025 es desafiante

  

Gracias a una menor carga de intereses, el Gobierno mejoró el superávit fiscal durante octubre y logró cerrar el período que abarca los primeros diez meses del año con un colchón suficiente para aspirar a cerrar el año con un resultado positivo en las cuentas públicas. Se trata de la piedra angular del actual esquema económico, en el que el atraso cambiario, al tiempo que se erige como la principal amenaza, viene propiciando una sorprendente desaceleración inflacionaria. Para el 2025 los desafíos serán crecientes, en pleno año electoral que achicará los márgenes para ajustar, en un marco sin demasiada inflación que licúe las partidas, con un cepo que podrá moderar el repunte del PBI y ya sin el impuesto PAIS.

 

El superávit financiero de octubre cerró en $523.398 millones. Pese a que el positivo primario se redujo respecto al de septiembre, y fue de $746.921 millones, con las jubilaciones y los subsidios energéticos desacelerando su caída interanual, los pagos de intereses moderaron su incidencia. Así, el Gobierno consiguió acumular, en los primeros diez meses del año, un superávit primario equivalente a 1,9% del PBI y uno fiscal financiero de 0,5% del PBI. Hay colchón para terminar con un fuerte superávit primario e incluso con un equilibrio fiscal.

Desde el Iaraf remarcaron la magnitud del tándem licuadora y motosierra: “Entre un déficit fiscal de 2,77 del PBI en el periodo enero-octubre de 2023 y un superávit fiscal de 0,52% del PBI en 2024 hay una diferencia de 3,3 puntos porcentuales del PBI. Esta sería la magnitud efectiva del ajuste fiscal realizado en lo que va del año. En el acumulado de los primeros diez meses del año, la reducción interanual del gasto público primario nacional base caja fue de $33 billones en pesos constantes de octubre”.

   

 

Drástico salto en la política fiscal 

Drástico salto en la política fiscal 

 

Y agregaron que el mayor impacto del ajuste fiscal lo pagaron los jubilados: “Del total de gastos que cayeron, se aprecia que las Jubilaciones y pensiones soportaron el 24% (su participación en la caída disminuyó 1 punto respecto al mes anterior), la inversión real directa el 15%, las transferencias a provincias el 16%, subsidios a la energía el 10% y programas sociales el 11%, salarios el 8%, entre los gastos más importantes”.

Para el economista jefe del Grupo SBS, Juan Manuel Franco, el Gobierno logró asegurarse un buen colchón de cara a un noviembre-diciembre que suele complicar las cuentas públicas por su carácter estacional (con los bonos de fin de año y los aguinaldos al frente). De hecho, afirmó que el Gobierno se armó un “buen colchón fiscal de cara al último bimestre” y sostuvo que “el resultado fiscal primario 2024 será superavitario pese a la adversa estacionalidad del último bimestre y que podría incluso anotarse superávit financiero”.

Pero los desafíos seguirán presentes. Al respecto, dijo: “Vale la pena seguir destacando que hay desafíos en el horizonte en materia fiscal para 2025 y que el gobierno no deberá perderlos de vista ya que, a nuestro entender, el éxito de la estrategia de apreciación del TCR para reducir la inflación depende en gran medida de ello”.
Y detalló que, por el lado de los ingresos, la salida del impuesto PAIS “planteará un desafío para el Tesoro, en un contexto en que, si bien creemos que la economía mejorará en 2025 respecto a 2024, la vigencia de controles de cambios y el aumento de los costos en USD podría limitar la dinámica alcista, impactando en los ingresos asociados a actividad y empleo”. Además, habrá que ver qué pasa con el precio de los commodities, y su impacto en las retenciones, mientras EE.UU. parece propiciar una apreciación del dólar.

Por el lado del gasto, “si continúa la desinflación la licuadora será mucho menos efectiva” y habrá que avanzar en la motosierra, “algo que podría representar un desafío en año electoral”. El recorte del gasto, a su vez, “llevaría a presiones recesivas que podrían impactar negativamente en ingresos asociados a actividad y empleo”. Según SBS, eso podrá llevar al Gobierno a apelar “a privatizaciones para anotar algunos ingresos one-off de ser necesario”. 


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