Las principales consultoras privadas del país alertan por el implacable avance de la inflación a causa de los cuatro años de gestión kirchnerista. El Presidente Javier Milei anunció públicamente que el Gobierno anterior dejó plantada una virtual hiperinflación del 15.000%, entre los múltiples desequilibrios cambiarios y monetarios que azotan al país.
Solamente en la primera semana de diciembre, los últimos días de la gestión de Sergio Massa como ministro de Economía, los precios se dispararon un 5,1% según estima la consultora Orlando Ferreres & Asociados con respecto a la métrica de la semana anterior, mientras que la medición de FIEL arroja un aumento del 5,8% respectivamente.
Esto implica que en solo 7 días la tasa de inflación de Argentina ya es superior a la que tienen países como Estados Unidos, España o Italia en la totalidad de 1 año. El descalabro de los precios es mayúsculo, y más aún teniendo en cuenta las numerosas distorsiones de precios relativos como las tarifas públicas y el tipo de cambio.
Los 18 meses de gestión de Massa dejan como resultado una tasa de inflación mensual que podría oscilar entre el 15% y el 25% para el cierre de 2023, mientras que la variación interanual de los precios minoristas se aproximaría al 200% con respecto al mismo mes del año pasado.
Aún con todas las intervenciones, los precios subieron entre 5 y 13 veces entre diciembre de 2019 y diciembre de 2023, dejando en evidencia el brutal descalabro inflacionario que sufrió el país durante la fallida gestión kirchnerista.
El incremento inflacionario proyectado para diciembre se explica fundamentalmente por la liberación de inflación reprimida, que hasta ahora fue escondida artificialmente por medio de controles sobre las tarifas, los precios de los supermercados y el tipo de cambio. Ninguno de estos controles son sostenibles a través del tiempo.
En particular, el salto esperado sobre el tipo de cambio oficial tendrá un impacto casi inmediato en el valor de los bienes transables, a lo cual le seguirán los precios mayoristas, los minoristas, y finalmente los salarios (que siempre se actualizan con retraso con respectos todo lo demás).
El estallido cambiario es inevitable por la acumulación de desequilibrios que dejó el Gobierno kirchnerista, y la contención de la hiperinflación sólo será posible a través de un estricto ajuste fiscal para equilibrar las finanzas públicas.
El Gobierno del presidente Javier Milei tendrá como principal prioridad el desarme de la hiperinflación antes de que se manifieste abiertamente a través del sistema de precios, y el ataque sobre los sucesivos desequilibrios detrás de la misma.