El Indec finalmente develará hoy cuánto fue el impacto en los precios de la crisis cambiaria generada a partir de la salida de Martín Guzmán como ministro de Economía, a comienzos del mes pasado.
Esa renuncia, en un contexto de gran debilidad en materia de reservas por parte del Banco Central, el cepo importador y la llegada al Palacio de Hacienda de Silvina Batakis, una figura asociada al cristinismo que no generó tranquilidad sino mayor malestar, hizo que la inflación pegara un nuevo salto en julio. Del 5% que, en promedio, venía registrando el Indice de Precios al Consumidor (IPC) en los últimos meses, escaló a un rango de entre 7,3% y 8% durante el séptimo mes del año, en el que, por otra parte, las vacaciones de invierno también influyeron.
Son los números de consenso de las consultoras privadas, para las cuales la inflación no podrá bajarse de un día para el otro por más confianza que genere el recién llegado Sergio Massa a Economía. Para agosto, pronostican un piso de 6% y, de no haber ningún otro sobresalto, la escalada de precios podría ir desacelerando gradualmente para retornar al 5% mensual hacia fin de año. Hoy, con una inflación acumulada a julio que roza el 50% y una interanual en torno al 70%, la mayoría de las proyecciones para el año ya oscilan entre el 90% y el 95%, muy cerca de los tan temidos tres dígitos. Aunque ya la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) pronosticó que llegará al 112,4%, según un reciente informe de FocusEconomics Consensus Forecast LatinFocus.