Comenzaron a sentirse fuerte los aumentos en los precios de los cortes en las carnicerías salteñas. Si bien estaba "retrasado" el precio, siempre subía semana a semana muy poco, casi de manera imperceptible.
A fines de julio, las nuevas medidas de devaluación fiscal que impuso el Gobierno nacional empujaron el precio de la materia prima que comen las vacas (y los pollos también). Estiman que las subas fueron de un 25% en una semana.
Se trata de un ajuste del Ministerio de Economía de la Nación aplicado "dólar maíz" que lo elevó a $340 para las exportaciones. Eso también subió el precio para el consumo interno y le puso mayor presión al mercado de la carne vacuna, el pollo y los huevos, entre otros. Los productores agropecuarios utilizan el maíz para el engorde de los alimentos y es por eso que automáticamente subieron los precios a los valores que ya venían subiendo.
La medida puso punto final a la relativa estabilidad en el precio de la carne, que iba corriendo por detrás del resto de los alimentos. El kilo de asado, por ejemplo, se encareció 67,9% en los últimos 12 meses contra el 116,9% que subieron los alimentos en el mismo período. En el caso de la paleta, otro de los cortes populares, el alza interanual fue del 73,4%.
A toda esta situación de aumento sobre aumento la explica mejor un carnicero propietario de un negocio de zona sur. "Es mentira eso que dicen que el precio de la carne estaba estable desde hace más de dos meses. Subía muy poco semana a semana.
A fines de junio vino un aumento fuerte porque a los productores les aumentaron los precios de los alimentos y eso produce la remarcación automática de los precios. Es por eso que los carniceros aumentamos desde el domingo último (30 de junio) y se sintió fuerte ya para el 1 de agosto. Lo peor es que los proveedores ya nos dijeron que los aumentos seguirán hasta septiembre por lo que los valores serán muy altos", dijo Mario Cruz, propietario de La Ternerita, en la zona sur.
Entonces el sobaco, que es el corte popular cuyo precio es referencia para para casi todo lo que se vende luego en la calle, como por ejemplo las empanadas, venía subiendo en 50 pesos por kilo, por semana. En esta última, Mario lo subió 100 pesos. Estaba hasta el sábado 29 de junio a 1790 pesos el kilo y el domingo subió a 1890. Ahora bien, no es tan preocupante 100 pesos por kilo. Lo angustiante, especialmente para los sectores de menores ingresos y los asalariados, es que las subas serán de ese margen todas las semanas. Agosto será largo y angosto como dice el dicho.
Por supuesto que esa es la realidad de Mario. En otras carnicerías la pulpa, para hacer las mejores milanesas, ya se está vendiendo a 2800 pesos el kilo y el lomo ya acaricia los 4 mil pesos.
Esa progresión descontrolada se puede entender con números. El valor promedio de la media res de novillo (que generalmente pesa 120 kilos) costaba 1200 pesos el kilo hace dos semanas. En esa mitad del animal los carnicero sacan todos los cortes que venden y tienen que hacer malabarismo para poner los precios. La semana pasada llegó a 1250 pesos por kilo. Y esta semana ya cuesta 1300 pesos por kilo.
Los proveedores ya aseguraron que las subas llegarán para setiembre a 1550 pesos el kilo, por lo que Mario, el carnicero, dijo que con esos valores de la media res un kilo de sobaco se irá a 3000 pesos el kilo. Si tenemos que el precio hoy, desde el 1 de agosto, es de $1890, la suba del mes rondará el 60 por ciento. Para quien pueda comprar hoy la carne y frezzarla podrá ganar a fin de mes más que un plazo fijo.
Para el resto de la población, la gran mayoría, los que compran día a día, no le quedará otra que afrontar el enorme costo de una inflación que se se califica de "descontrolada", pero que se promueve desde las medidas del Gobierno nacional.