Los bienes hicieron su peor aporte histórico, desde noviembre del 2015, a la balanza externa, con un rojo de USD747 millones.
En aquel cierre del 2015 la expectativa de devaluación estaba por las nubes frente a la posibilidad certera de un cambio de gobierno. Desde entonces no se veía un resultado tan negativo como el del mes pasado, cuando la sequía impactó de lleno. Así, la cuenta corriente tuvo una pérdida de USD2.020 millones y el primer trimestre terminó con un rojo de USD4.908 millones, sólo superado por el durísimo 2018, momento en el que el atraso del precio del dólar y la apertura cambiaria golpearon duro y desembocaron en la megadevaluación que duró dos años.
Los bienes son, históricamente, los que generan los dólares con los que se pagan los déficit externos que llegan por parte de los pagos de interés de la deuda pública, el rojo turístico y la remisión de utilidades de las empresas. Incluso la fuga de capitales y la bicicleta financiera de los extranjeros, cuando se conjuga atraso cambiario, apertura externa y tasa de interés en pesos alta. En marzo no. Los bienes hicieron un aporte negativo por primera vez desde la salida de USD117 en noviembre de 2021. Fue la más alta desde la mencionada de USD1.023 millones en noviembre del 2015, ya con el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en sus últimas semanas.
Eso no fue todo lo que dio negativo en el balance cambiario del BCRA durante marzo, tal como mostró el último informe de la autoridad monetaria: a eso se le sumaron los típicos rojos en los servicios, de la mano del turismo pero también de los fletes, de USD866 millones en total; y en el ingreso primario, traccionado por los intereses de la deuda pública, de USD409 millones en total.
Por el lado de la cuenta financiera compensó el desembolso del FMI, que permitió la llegada de USD2.671 netos, por la llegada de los famosos USD5.383 millones y pagos de capital por USD2.711 millones. El Gobierno negocia para adelantar desembolsos y mantener un margen positivo que compense lo que viene dejando la cuenta corriente y sostenga una entrada de divisas en adelante. En ese sentido, aunque abril fue el mes del dólar soja, en el que se debía acumular reservas, la compraventa del BCRA en el mercado terminó en un virtual empate, con la compra de apenas USD35 millones.
Desde Ecolatina señalaron acerca de cómo continuarno las cosas en abril: “El agro liquidó algo más de USD2.400 M durante abril (el doble de lo aportado en marzo, aunque con una caída del 24% interanual) de los cuales poco más de USD1.600 M corresponden al “dólar soja 3.0”, que en sus primeras 13 ruedas muestra resultados que se alejan de la trayectoria esperada para llegar a los USD5.000 M previstos”.
Y agregaron: “¿A que se debe el flojo desempeño en la tercera edición de este mecanismo? La explicación se encuentra en un conjunto de factores que dificultan la logística necesaria (paro de puertos, demora lógica en la cosecha dada la demora previa en la siembra) y deterioran los incentivos (rumores políticos, incremento de la brecha cambiaria y las expectativas de devaluación). A su vez, el precio pagado por la exportación a los productores sería insuficiente para incentivarlos a vender, en un marco en que el precio de la soja a nivel internacional cayó en abril de casi USD560 la tonelada a USD530 la tonelada”.