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La bomba que deja Massa en el Banco Central: La deuda comercial ya alcanza los US$ 54.000 millones y supera a la del FMI

Creció en US$ 2.500 millones solamente en septiembre, debido al impago de cada vez más importaciones paradas por el sistema SIRA que Massa implementó desde octubre del año pasado.

La bomba que deja Massa en el Banco Central: La deuda comercial ya alcanza los US$ 54.000 millones y supera a la del FMI

La política económica de Sergio Massa generó una oleada de desequilibrios que sin lugar a dudas condicionarán a la próxima administración a partir del 10 de diciembre. La deuda del Banco Central por la financiación de importaciones con proveedores en el exterior ya asciende a los US$ 54.000 millones según estimaciones privadas.

El sistema SIRA diseñado e implementado por Massa en octubre del año pasado se encargó que boicotear el ingreso de importaciones al país estableciendo cupos, restricciones y prohibiciones hasta previo aviso. El BCRA se queda sin dólares para mantener el cepo cambiario, y recurre a postergar la liberación de divisas para hacer frente a un caudal creciente de importaciones.

Se estima que el 47% del total de las importaciones pisadas se corresponden con insumos de la industria manufacturera, y esta es una de las razones por las cuales la actividad fabril se encuentra estancada desde hace 15 meses.

El 22% del total de la deuda comercial del BCRA se explica por importaciones vinculadas al comercio y a los automotores, por lo que junto a la producción industrial alcanzan a representar a 7 de cada 10 dólares retenidos por la deuda comercial.

El 60% de los acreedores de la deuda comercial son proveedores de bienes y servicios en el exterior, mientras que un 36,4% se explica por organismos internacionales y Gobiernos respectivamente.

La escasez de importaciones es virtualmente la paralización de la actividad económica y el desabastecimiento en alimentos, insumos médicos y combustibles. Las importaciones se efectúan pero no se pagan, y de hecho la mayor parte de lo que actualmente se contabiliza como “inversión extranjera” no es otra cosa que un financiamiento forzoso del resto del mundo a las importaciones de Argentina por las restricciones del Banco Central.

La política económica de Massa destruye la reputación de miles de empresas con proveedores en el exterior, ya que se pone en duda la cancelación de los sucesivos pagos en tiempo y forma.

Todo esto también genera una fuerte presión para los precios. Debido a las restricciones, las empresas recurren cada vez más al financiamiento a través de los dólares financieros para financiar importaciones y evitar situaciones de default.

El aumento del precio de los bienes importados se asemeja mucho más al salto del dólar CCL que al tipo de cambio oficial mayorista (congelado desde agosto). Los consumidores se ven afectados por una menor disponibilidad de bienes, y precios más caros.


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